Muy molesto en el césped y luego en el banquillo, Vinicius no se calmó al regresar al vestuario tras la victoria del Real Madrid sobre el Mallorca (3-0), el jueves en la semifinal de la Supercopa de España. El brasileño siguió insultando a los jugadores rivales hasta el punto de tener que ser frenado por miembros de la plantilla madridista.
La victoria del Real Madrid ante el Mallorca (3-0), el jueves en la semifinal de la Supercopa de España, no apaciguó a Vinicius. El extremo brasileño se mostró muy enfadado durante todo el partido, especialmente ante su mejor enemigo, Pablo Maffeo, con quien ya se había enfrentado habitualmente en el pasado.
Las declaraciones del lateral derecho asegurando que noquearía al brasileño en 10 segundos en un combate de box, pocos días antes del encuentro, aumentaron las tensiones y el reencuentro fue especialmente acalorado sobre el terreno de juego.
En poder de dos miembros del personal
Estas se materializaron sobre el terreno a través de provocaciones de todo tipo y algunas palabras amables (“vete a casa, apestas”, dijo Vini Jr). El final del partido incluso se convirtió en público general tras un pequeño toque de Jude Bellingham detrás de la cabeza de Pablo Maffeo tras el tercer gol del Madrid.
Luego, en el banquillo, Vinicius Jr saltó hacia el campo para sumarse al caos. Y el brasileño se tomó tiempo para aliviar la presión. Imágenes del medio español Jijantes muestran su tormentoso regreso a los vestuarios tras la clasificación merengue.
Furioso, el jugador vitupera a los jugadores contrarios, incluido Manu Morlanes, que parece no tener problemas en echar un poco de leña al fuego. El enfado de Vinicius obligó incluso a dos miembros de la plantilla madridista a empujarle para que se dirigiera al vestuario. Al final de la reunión, los dos bandos se culparon mutuamente del origen de las tensiones sobre el terreno. Pablo Maffeo centró las críticas a los madrileños mientras el Mallorca señalaba a Raúl Asensio como responsable del tormentoso final del partido tras lanzar provocativos besos hacia el banquillo contrario.
“Te lo digo como jugador que viene de la cantera del Madrid y le tengo un cariño especial a este club, pero al final somos nosotros los que somos vistos como los malos y no debería ser así”, lamentó Óscar Mascarell, centrocampista del Mallorca. “Venimos a jugar y las rivalidades en el campo deben quedarse en el campo pero hay momentos que son ellos los que te buscan y sentimos que somos los únicos que buscamos el enfrentamiento. No es apropiado, las cámaras están ahí y “Está claro que están en ambos lados, por eso el partido se calentó”.