TRIBUNA
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El astrofísico, gran transmisor de ciencia a través de las redes sociales donde lo siguen más de 200.000 personas, saluda la “revolución” que representa el telescopio James Webb, lanzado en 2022, para la astronomía.
Es el 11 de julio de 2022. Desde hace poco más de seis meses, tras un viaje de 1,5 millones de kilómetros, el telescopio espacial James Webb (JWST) examina el universo. Es el telescopio más grande jamás enviado al espacio. Al estar colocado sobre la atmósfera de la Tierra, este inmenso sensor de luz promete sondear el cosmos como nunca antes. Cada día, desde su lanzamiento en la Guayana Francesa, sigo las hazañas técnicas de esta máquina, pilotada por colegas de Baltimore (Estados Unidos). Las imágenes obtenidas durante las primeras pruebas técnicas son apasionantes. El telescopio producirá fotografías extraordinarias. Mañana se presentarán los primeros resultados científicos. Pero cambio de última hora: se presentarán en dos partes, porque Joe Biden, presidente de Estados Unidos, revelará la primera foto. Esta elección me produce sentimientos encontrados. Por un lado, me entusiasma la idea de que el jefe de uno de los Estados más poderosos del mundo hable de astronomía y, por tanto, sensibilice a un público muy amplio. Por otro lado, me digo que para el público en general, como suele ocurrir, esta misión estará asociada a la NASA, la agencia espacial estadounidense, mientras que se trata de una misión conjunta con la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia espacial canadiense. Agencia Espacial (CSA). La contribución de
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