Los experimentos han demostrado que una especie de gusano de la harina originaria de África puede degradar eficazmente un tipo de plástico extremadamente común, con posibles implicaciones para el tratamiento y el reciclaje de los desechos generados a partir de él.
Larvas que comen poliestireno
Si las Naciones Unidas consideran que elÁfrica no produce más del 5% del plástico en el mundo, es el segundo continente más afectado por este tipo de contaminación.
Descrito en la reseña. Informes Científicosla criatura es una subespecie del género Alphitobiocuyo período larvario dura aproximadamente dos meses. En las pruebas, los investigadores descubrieron que podía digerir eficazmente el poliestireno, que se utiliza ampliamente en el envasado de alimentos y en el embalaje y transporte de muchos productos.
Resultó que las larvas consumieron casi el 50% del plástico con el que fueron alimentadas, y la eficiencia con la que realizaron esta tarea aumentó cuando el poliestireno se mezcló con salvado. Según los investigadores, esta es la primera vez que se demuestra tal capacidad en un gusano de la harina originario del continente africano.
Análisis exhaustivos revelaron que varias cepas de bacterias (Kluyvera, lactococo, Klebsiella…) que vivían en sus intestinos les ayudaban a descomponer los complejos polímeros del plástico en compuestos más simples, que luego asimilaron sin que su salud se viera afectada.
« Podríamos utilizar microbios y las enzimas que producen en fábricas y vertederos »
Para el equipo, el siguiente paso será identificar específicamente las enzimas implicadas en la descomposición del poliestireno, que también podrían utilizarse para el procesamiento a gran escala de residuos plásticos.
« En lugar de liberar grandes cantidades de estos insectos, podríamos utilizar los microbios y enzimas que producen en fábricas y vertederos. », estima Fathiya Khamis, coautora del nuevo estudio.
Debido a que las condiciones ambientales en África pueden diferir de las de otras partes del mundo, tales hallazgos podrían tener amplias implicaciones para eliminar esta fuente de contaminación.
En 2022, un estudio demostró que las enzimas presentes en la saliva de un gusano de cera podían degradar las bolsas de plástico en tan solo unas horas a temperatura ambiente.