Los avances en la lucha contra la obesidad están tomando forma. Un equipo de investigadores parece haber encontrado una solución única basada en nanopartículas.
Estas pequeñas cápsulas podrían ayudar a influir en la forma en que nuestro cuerpo absorbe la grasa. Un enfoque que podría superar a las dietas y medicamentos actuales.
En lugar de reducir la cantidad de grasa consumida, los investigadores decidieron bloquear su absorción. Cómo ? Al apuntar a un enzima específico para el sistema digestivoSOAT2.
Esta enzima, la esterol O-aciltransferasa 2 (SOAT2), regula la absorción de grasas facilitando su incorporación a las células intestinales. granizo. Cuando se bloquea su acción, las nanopartículas impiden la fijación de las grasas a las células intestinales, limitando así su paso a la sangre.
El bloqueo de SOAT2 provoca una rápida degradación de la proteína CD36, que desempeña un papel fundamental en el transporte de ácidos grasos a través de las células intestinales. Este proceso es motivado por una enzima llamada ligasa E3 RNF5, que activa un mecanismo de destrucción de CD36 dentro de las células. Al reducir la cantidad de CD36 disponible, el cuerpo absorbe menos grasa.
El principio central de esta técnica se basa en el uso de pequeñas moléculas de ARN de interferencia (ARNip) transportadas por nanopartículas. Estos se dirigen específicamente a la enzima SOAT2 en el intestino delgado, sin alterar la actividad de otros órganos, en particular el hígado. Y este es un punto clave, porque si se bloqueara SOAT2 en el hígado, provocaría acumulación de grasa en ese hígado. CUERPOScon problemas de salud asociados.
Las primeras pruebas en ratones dieron resultados impresionantes. Estos animales, a pesar de llevar una dieta rica en grasas, no ganaron peso gracias al tratamiento. Una de las grandes ventajas de esta terapia es su forma de administración. Una simple tableta sería suficiente, lo que haría que el tratamiento fuera más accesible y menos invasivo que los métodos actuales.
Los investigadores de la Universidad de Tongji creen que este enfoque podría allanar el camino para nuevas soluciones sostenibles contra la obesidad. Pero antes de pensar en una aplicación humana, son necesarias más pruebas en animales más grandes.
Si esta tecnología resulta eficaz en humanos, podría constituir un verdadero avance en la lucha contra la obesidad, un importante problema de salud pública.