Diez centímetros de cada lado
Llamado LignoSat y cuya apariencia es la de un cubo de madera de sólo 10 centímetros de lado, el satélite experimental fue lanzado a bordo de un cohete no tripulado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, informó el Centro de Estudios Espaciales de la Universidad de Kioto.
La elección del material se basa en el objetivo de anticipar su inevitable fin de vida: cuando finalmente vuelva a entrar en la atmósfera, la madera debería arder sin generar las habituales partículas metálicas asociadas a los satélites que caen a la Tierra, según los científicos de Kioto. . Suficiente para evitar posibles colisiones entre desechos espaciales y satélites en órbita.
De hecho, el Centro Francés de Estudios Espaciales estima que hay alrededor de 34.000 objetos de más de 10 cm en órbita, de los cuales 9.000 son satélites activos. Se estima que el número de desechos espaciales de más de 1 mm es de unos 128 millones.
La contaminación de la atmósfera por desechos espaciales fue uno de los temas destacados del Foro de Paz de París de 2021, mientras los actores públicos y privados se comprometen a ser más sostenibles. Recordemos de paso la existencia de la start-up de Vaud, ClearSpace, que lanzará su primera misión en 2026 destinada a eliminar la basura espacial.
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Lanzamiento “exitoso”
Instalado en un contenedor especial preparado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, “voló al espacio de forma segura”, indicó esta última en un mensaje en X.
Un portavoz de Sumitomo Forestry, codesarrollador de LignoSat, confirmó a la AFP que el lanzamiento fue “exitoso”: el satélite “llegará pronto a la ISS y será enviado al espacio aproximadamente un mes después” para probar su resistencia y durabilidad. ella dijo.
Los datos se enviarán desde el satélite a los investigadores, quienes podrán comprobar si hay signos de deformación y determinar si puede soportar cambios extremos de temperatura. Durante una conferencia de prensa a principios de año, Takao Doi, astronauta y profesor de la Universidad de Kioto, estimó que “los satélites que no estén hechos de metal deberían generalizarse”.