En un entorno que reproduce la superficie de la Luna, Courrier du Sud pudo asistir a las pruebas del rover de la Agencia Espacial Canadiense (CSA), en Saint-Hubert, el 30 de octubre. El pequeño robot debería viajar a la Luna o, dicho de otra manera… “hacia el infinito e incluso más lejos”, no antes de 2026.
Una superficie llena de cráteres y rocas, bañada por un sorprendente brillo de 18.000 vatios, proporciona el terreno de juego perfecto para el robot llamado “rover lunar”. Estas pruebas estaban previstas para comprobar cómo se comportaría la nueva máquina, construida por la empresa Canadensys, en condiciones similares a las que se encuentran en la Luna.
“Lo que buscamos principalmente son investigaciones científicas”, explicó Martin Bergeron, director de desarrollo de exploración espacial de la ASC. Es para comprobar dónde se puede encontrar el agua en forma sólida y en qué cantidad”.
Según la CSA, el agua es crucial si queremos algún día asentarnos en la Luna, ya que sería muy caro y complejo transportarla desde la Tierra.
“El agua es esencial para la vida y ayuda a producir oxígeno”, señaló la agencia en un comunicado de prensa. También se utilizaría para producir hidrógeno, una fuente de energía que permitiría lanzar cohetes desde la Luna”.
El robot, que aterrizará en el Polo Sur de la Luna, incluirá instrumentos fabricados expresamente para responder a este tipo de preguntas científicas. Se utilizarán, entre otras cosas, para medir la temperatura a nivel del suelo y la radiación solar.
“También existe un objetivo tecnológico”, continuó Bergeron. Aquí intentamos demostrar nuevas capacidades técnicas en términos de movilidad y comunicación, pero principalmente la capacidad de sobrevivir a una noche lunar, donde las temperaturas caen a -200°C durante 14 días terrestres. Tendremos que ver cuando regrese el Sol si el robot es capaz de reiniciarse únicamente gracias a su batería”.
No antes de 2026
Para que el robot viaje a la Luna, lo que sería el primero en la historia de Canadá, la CSA acompañará a la NASA como parte de la iniciativa Commercial Lunar Payload Services. Este programa de la agencia espacial estadounidense tiene como objetivo transportar instrumentos, equipos y naves espaciales científicas como rovers a la superficie de la Luna.
“El robot forma parte de una ola que regresa a la superficie de la Luna”, subrayó Martin Bergeron. El objetivo en la superficie será ir más allá de la órbita terrestre para desarrollar nuestra capacidad de exploración y, posiblemente, construir una base para operar y vivir allí temporalmente.
El tiempo que tardará el rover en llegar al vecino más cercano a la Tierra debería ser de entre 4 y 10 días, según Martin Picard, director de la misión. Sin embargo, este último espera que su máquina no permanezca demasiado tiempo en el espacio debido al riesgo de radiación.
“Y [le robot] Si pasa mucho tiempo en órbita, pasará por el cinturón de Van Allen y eso puede afectar la electrónica, dijo Picard. Intentaremos limitarlo tanto como sea posible”.
Objetivos del rover
-Viaja a la Luna para ver cómo funcionan los diferentes sistemas;
-Presentar las posibles aplicaciones de una nueva tecnología, su viabilidad y su funcionamiento;
-Realizar mediciones científicas que permitan determinar la cantidad de hidrógeno presente en el suelo lunar, que es uno de los mejores indicadores de la presencia de hielo de agua, al tiempo que se definen las temperaturas en el momento de la detección;
-Analizar el suelo lunar para comprender mejor las características geológicas y mineralógicas del sitio;
-Medir la radiación en la superficie lunar para saber la cantidad de radiación a la que estarán expuestos los astronautas.