Entre el trabajo ilegal, la venta ilegal de alcohol y la conducción sin permiso, el director de una tienda de kebab en Berna tiene claramente problemas con la ley. Tendrá que meter la mano en la cartera.
David Kocher / ch media
El propietario de una tienda de kebab quería entregar a tiempo el pedido de un cliente, y esto en detrimento de la ley: el acusado cambió la matrícula del vehículo de reparto, lo que provocó que la policía detuviera a un colaborador. Y este es sólo uno de los muchos delitos cometidos por el acusado este año.
El acusado no parece preocuparse demasiado por la documentación del vehículo: ya en agosto fue detenido en Berna mientras conducía, aunque llevaba varios meses sin permiso de conducir. También se le acusa de usurpación de identidad: durante este control policial, supuestamente se negó a dar su nombre e introdujo una fecha de nacimiento falsa junto con el nombre de su hermano.
La oficina de tráfico de Lucerna tampoco se lleva bien con este originario de Siria que vive en la capital suiza. Debido a facturas impagas, no devolvió –a pesar de un recordatorio– una matrícula de Lucerna y un permiso de conducir.
Venta ilegal de alcohol y solicitantes de asilo en las cocinas
Además de las infracciones de tránsito, las autoridades también observaron violaciones del código laboral. Así, el demandado vendía cerveza en su kebab sin tener la autorización necesaria. Esto no es un descuido, como escribe el fiscal:
“Lo hizo a pesar de saber que era necesaria autorización para esta actividad”.
Además, el acusado empleó en la cocina a un solicitante de asilo que, debido a su situación de residencia, sólo puede trabajar con permiso. El acusado también es propietario de un bar en Lucerna, donde también hizo que dos solicitantes de asilo (estado de residencia N) le entregaran pizzas en sus propios coches.
Una factura considerable
Todo esto le saldrá muy caro, sobre todo porque ya había sido condenado a sanciones económicas en 2023 y en la primavera de 2024. Ahora han sido revocadas y se le ha impuesto una pena global.
“Al acusado parece no importarle las sentencias. No se percibe ninguna conciencia ni mejora”.
Extracto de la orden penal
Con la sanción pecuniaria, la multa y las costas, el hombre deberá pagar un total de 11.000 francos.
Un vistazo a la carta de kebabs permite hacer cuentas: para ganar esa suma, tendrá que vender cerca de 800 kebabs. Esperemos que esta vez los empleados sean contratados legalmente y los coches tengan matrículas reales.
¿No más “nunca debería haberlo hecho”?
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Traducido del alemán por Anne Castella.
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