Hoy en día es difícil imaginar que las primeras fuentes de iluminación para vehículos estuvieran basadas en velas. Sin embargo, hace casi 140 años así era. Desde entonces, el agua ha corrido bajo los puentes. Hoy en día, los faros de algunos coches deslumbran como el sol a plena luz del día, lo que resulta especialmente desagradable para el resto de usuarios de la vía. Consecuencia: entrecerramos los ojos, parpadeamos, incluso apartamos momentáneamente la vista de la carretera. Además de desagradable, también es peligroso. Pero ¿por qué unos faros deslumbran más que otros?
Los faros clásicos están equipados de serie con bombillas halógenas. Por la noche, su color amarillento es agradable a la vista. Seguramente se consideran menos potentes que otros faros, pero de buena calidad y bien ajustados, ofrecen una gran intensidad luminosa.
Los más deslumbrantes son los faros de xenón y LED. Las razones de esto son múltiples. Esto se debe en parte al color de la luz. De hecho, los faros de xenón emiten una luz blanca cercana a la luz del día. Los LED, por el contrario, brillan incluso más que los xenón. Para el ojo humano, esta luminosidad resulta desagradable al conducir de noche.
El otro problema de los faros LED es su intensidad luminosa: se emite una gran cantidad de luz desde un área pequeña, lo que aumenta la densidad luminosa y el ojo humano la percibe como más deslumbrante. El fenómeno del deslumbramiento es menor con proyectores con superficies libres. Con los sistemas de lentes de proyector, los faros LED deslumbran mucho más. Ciertamente, un gran número de fabricantes de automóviles elogian las ventajas de las luces adaptativas, supuestamente más cómodas para los usuarios que viajan en sentido contrario, pero esto sólo se aplica a las luces altas. El problema persiste con las luces de cruce.
Otro problema: si están sucios, los faros deslumbran hasta cuatro veces más. Por este motivo, la ley exige que los faros modernos estén equipados con lavafaros cuando el flujo luminoso sea superior a 2.000 lúmenes, lo que afecta principalmente a los faros de xenón, pero también a los faros LED. El problema es que muchos fabricantes se mantienen deliberadamente por debajo del valor límite y se ahorran así los costes de equipamiento de los lavafaros.
Una de las causas más habituales de deslumbramiento de los usuarios de la vía que circulan en sentido contrario es el ajuste incorrecto de los faros. Si el haz de luz se dirige demasiado alto, los faros pueden deslumbrar a otros conductores. Esto se aplica tanto a los vehículos que circulan delante como a los que vienen en dirección opuesta. Por este motivo, los faros deben revisarse periódicamente y ajustarse correctamente.
Para evitar deslumbrarse por la noche con otros usuarios de la vía, existen algunas soluciones. Para empezar, nunca debes mirar directamente a las luces del vehículo que te está causando molestias, sino centrarte en la carretera o en la línea blanca del borde derecho de la carretera. Un parabrisas limpio también ayuda a reducir el posible deslumbramiento. Esto también se aplica a las lentes para gafas. En caso de mal tiempo o de un crepúsculo ligero, conviene encender las luces de cruce en lugar de las luces de circulación diurna. Esto hace que deslumbre menos a los vehículos que circulan en sentido contrario.
