Los jugadores del AS Saint-Étienne sabían que debían afrontar el partido del fin de semana pasado con una mentalidad diferente, pero volvieron a fallar. Y en grandes anchos. Afortunadamente, el Rennais fue menos realista que el Niza hace dos meses y medio, de lo contrario el castigo podría haber sido igual de severo.
Un largo calvario en la segunda parte
Una vez más, los Verdes fueron dominados cabeza y hombros, lejos de Forez, el pasado sábado en Rennes (5 a 0). Esta vez, su caída se vio precipitada por la expulsión de Mathieu Cafaro, culpable de haberse confundido con un portero en un disparo de Jordan James, tras media hora de juego, el delantero que, unos minutos antes, acababa de encontrar la izquierda de Steve Mandanda. tras un contraataque lanzado por Louis Mouton, marcó un penalti que permitió a Arnaud Kalimuendo abrir el marcador. Diez minutos más tarde, era Ludovic Blas quien duplicaba la ventaja, justo antes del descanso. ¿Y decir que ASSE podría – debería haberlo hecho? – se beneficiará de un penalti por una falta leve sobre… Mathieu Cafaro cuando el marcador aún estaba sin goles.
El segundo tiempo no fue más que un largo calvario para los Stéphanois, que nunca dieron la cara de un colectivo decidido a no dejarse maltratar. Abofeteados en el primer tiempo, los Verdes pusieron la otra mejilla. Preocupación antes de recibir al Olympique de Marsella, nuevo subcampeón del líder parisino, el próximo domingo en el estadio Geoffroy-Guichard. Hasta ahora, los Verdes han logrado restablecer el equilibrio gracias a sus actuaciones en casa, pero esta vez el desafío ha sido aceptado. ¿Demasiado para este grupo, técnicamente deficiente, con este estado de ánimo?
Quedan dos partidos antes del parón invernal. Tras recibir a los Provençaux, la ASSE, 15.ª y primera no descendida, viajará a Toulouse (10.ª). Los aficionados temen que sus protegidos desciendan antes de fin de año.
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