A falta de varios titulares, Adrien Rabiot asumió un verdadero papel de jefe en el campo durante la victoria de la selección francesa contra Italia este domingo por la tarde en Milán (1-3).
A pesar de las ausencias en el inicio de Ngolo Kanté, Eduardo Camavinga y Aurélien Tchouaméni, el centrocampista de la selección francesa realizó un partido de referencia contra Italia el domingo por la tarde en Milán. Manu Koné confirmó su ascenso al poder, Mattéo Guendouzi rascó innumerables balones y Adrien Rabiot marcó su regreso a los Bleus con un doblete inesperado. El nuevo jugador del Olympique de Marsella se consagró ante la Squadra Azzurra como líder de los blues dando muchas instrucciones a sus compañeros y aunque no tenía el brazalete, el ex jugador de la Juventus de Turín y del PSG tenía todo de capitán.
Una impresión visual confirmada por Claude Puel, que estimó en las columnas de L’Equipe que Rabiot era ahora uno de los capitanes de esta selección francesa. “Rabiot marca dos veces en un córner, es genial. Sobre todo, su actitud ilustró el estado de ánimo de este equipo. Lo vimos hablando mucho con sus compañeros, dando muchas instrucciones. Percibimos su influencia como líder” subrayó el ex entrenador del Saint-Etienne. El diario nacional no se equivocó al otorgar al centrocampista olímpico una excelente puntuación de 8/10.
Rabiot firma un partido de referencia contra Italia
“Recordará durante mucho tiempo esta velada milanesa. En primer lugar, este doblete (quinto y sexto goles en la selección) en dos cabezas capitales. Pero está el resto: un trabajo de compensación muy valioso ante Cambiaso, disponibilidad constante y los primeros recordatorios precisos: el ex jugador de Turín estaba en todas partes. Su actuación está marcada por una forma de derroche técnico pero ¿qué influencia?» “, alegró el periódico, destacando la actuación XXL de Adrien Rabiot, aunque el domingo en Milán no fue el mejor jugador del partido, ya que Lucas Digne heredó una calificación más alta con un espléndido 9/10. A Rabiot no le importa, cuya influencia sigue creciendo en la selección francesa, como lo confirma este último partido de los ‘bleus’ en 2024.
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