Los profesionales del sector temen un aumento de los derechos de aduana que podría debilitar aún más un mercado ya puesto a prueba.
¿Un nuevo impuesto en el horizonte?
Donald Trump, elegido 45º presidente de los Estados Unidos, asumirá el cargo el 20 de enero. Tan pronto como llegue a la Casa Blanca, podría implementar una promesa clave de su campaña: aumentar los derechos de aduana sobre los productos extranjeros, en particular los procedentes de Europa. Entre los sectores afectados, el de los vinos y bebidas espirituosas franceses está especialmente preocupado. Estos productos, muy populares entre los consumidores estadounidenses, podrían ver un aumento del 10% en sus impuestos, o incluso más.
« Esto será un terremoto en nuestro sector, que ya atraviesa momentos difíciles. », lamenta Nicolas Palazzi, director de PM Spirits, empresa especializada en la importación de bebidas espirituosas. Este anuncio llega en un momento delicado para una industria que todavía lucha por recuperarse de los efectos de la pandemia y de una caída generalizada del consumo.
A pesar de la falta de confirmación oficial, los profesionales del sector ya están tomando medidas para prepararse ante esta eventualidad. Algunos importadores han decidido acumular existencias antes de la posible entrada en vigor del nuevo impuesto. Otros están ajustando sus presupuestos o buscando reducir sus costos fijos para absorber el impacto económico.
El ya difícil mercado del vino
Nicolas Palazzi cambió de local para ahorrar hasta un 20% en costes fijos, decisión que califica de inevitable en un contexto tan incierto. Por su parte, Jean-François Bonneté, fundador de una empresa importadora, incluyó este aumento en sus previsiones presupuestarias. “ Hemos ajustado nuestros márgenes y precios previendo un año 2025 complicado », le explica El despacho.
La amenaza de un aumento de los derechos de aduana se suma a las dificultades estructurales ya presentes : consumo a media asta, hogares americanos alcanzando su máxima capacidad de endeudamiento y acceso cada vez más restringido al crédito.
Sin embargo, ciertos factores podrían mitigar el impacto de estos impuestos. La reciente apreciación del 10% del dólar reduce el coste de las importaciones, proporcionando un soplo de aire fresco a las empresas del sector.
Para los profesionales del vino franceses, la incertidumbre persiste. Si Europa no es actualmente la prioridad de la administración Trump, no se descartan amenazas a los productos europeos, incluidos los vinos. Una situación que podría tener un impacto duradero en el comercio entre los dos continentes.
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