LO ESENCIAL
- Los científicos han analizado, mediante inteligencia artificial, la composición del microbioma intestinal de más de 12.000 personas, a partir de sus muestras de heces.
- Identificaron 135 especies de microorganismos intestinales presentes en personas que no tenían enterobacterias, lo que significa que su microbiota los protegía contra infecciones.
- Por otro lado, descubrieron 172 especies de microorganismos intestinales característicos de la microbiota donde podrían vivir enterobacterias patógenas.
Bacterias, virus, parásitos y hongos no patógenos… La microbiota intestinal humana está formada por miles de especies de microorganismos, según el Instituto Nacional de Salud e Investigaciones Médicas (Insermo). Algunas son beneficiosas, pero otras pueden resultar patógenas para los humanos.
Consuma fibra para promover el crecimiento de bacterias buenas.
En un nuevo estudio publicado en la revista Microbiología de la naturalezalos científicos analizaron -utilizando inteligencia artificial- la composición del microbioma intestinal de más de 12.000 personas que viven en 45 países, a partir de sus muestras de heces.
Así, descubrieron que la “firma” del microbioma de una persona (los datos genéticos de la microbiota) podía predecir el riesgo de que su intestino fuera colonizado por enterobacterias. Según el Larousseesta familia de bacterias reúne una veintena de géneros diferentes. Entre estos, se encuentran notablemente Klebsiella pneumoniae, Shigella y E. colibacterias que pueden ser patógenas para los humanos. En otras palabras, hay una firma para las personas que tienen menor y mayor riesgo de contagio.
Para el primero, los científicos identificaron 135 especies de microorganismos intestinales presentes en personas que no tenían enterobacterias. Lo que significa que su microbiota los protegía contra infecciones. Tienen ciertas especies “protectoras” en común, como las bacterias. Faecalibacterium. Esto produce ácidos grasos de cadena corta (que son beneficiosos) al descomponer la fibra de los alimentos que comemos. Según los autores, la ingesta de fibra, a través de dieta, favorece el crecimiento de bacterias buenas en la microbiota y limita el riesgo de infecciones. Por otro lado, la ingesta de probióticos no tiene ningún efecto sobre este riesgo.
“Nuestros resultados sugieren que lo que comemos es potencialmente muy importante para controlar la probabilidad de infección por [diverses] bacterias, incluidas E. coli y Klebsiella pneumoniae, ya que esto cambia nuestro entorno intestinal para hacerlo más hostil a los invasores, subraya el Dr. Alexandre Almeida, autor principal del estudio, en un comunicado. Al consumir fibra en alimentos como verduras, frijoles y cereales integrales, podemos proporcionar la materia prima para que nuestras bacterias intestinales produzcan ácidos grasos de cadena corta, compuestos que pueden protegernos de estas bacterias que causan enfermedades.”.
Este estudio es importante en un contexto global donde la resistencia a los antibióticos está aumentando y, de hecho, la posibilidad de tratar infecciones está disminuyendo. “Ahora, el mejor enfoque es prevenir las infecciones en primer lugar, y podemos hacerlo reduciendo las oportunidades de que estas bacterias que causan enfermedades crezcan en nuestro intestino.”, explica el Dr. Alexandre Almeida.
Las bacterias buenas y malas se alimentan de los mismos nutrientes
Por otro lado, los científicos identificaron 172 especies de microorganismos intestinales característicos de la microbiota donde podrían vivir enterobacterias patógenas. Además, observaron que estas bacterias malas necesitaban los mismos nutrientes para sobrevivir que las buenas. Es por ello que creen que tomar probióticos no necesariamente reduce la cantidad de enterobacterias presentes en el intestino, ya que también las nutren.
Aún queda mucha investigación por hacer para comprender todos los secretos de la microbiota. Pero el mensaje principal de este estudio es consumir fibra con la mayor frecuencia posible. Ideal, dependiendo del sitio. mangerbouger.fres consumir al menos 5 frutas y verduras al día.