A medida que se acerca el pico, y evidentemente aún no lo es en los próximos días, la tensión sigue aumentando en todo el sistema sanitario. En 48 horas, se ha multiplicado el número de hospitales obligados a pasar al plan blanco. El miércoles por la mañana eran poco más de 35, ahora son prácticamente 90, de los cuales 8 en Lorena.
El plan blanco, que no es más que un sistema de crisis, pretende movilizar todos los medios, de forma inmediata, para hacer frente a una afluencia masiva de pacientes o a una situación sanitaria excepcional. Se traduce, en particular, en la reprogramación de procedimientos quirúrgicos no esenciales y en la retirada del personal en excedencia. La ola de gripe que afecta actualmente a Francia exige, por tanto, una activación a gran escala de este sistema.
La infección no perdona a los grupos vulnerables como los ancianos, los menores de 15 años y aquellos cuyas defensas inmunitarias están particularmente debilitadas. El fuerte aumento de los casos considerados graves está empujando incluso a las Agencias Regionales de Salud (ARS) a hacer sonar la alarma. El del Gran Este, ante la explosión de pacientes y la congestión de urgencias, precipitó una rueda de prensa este viernes. Las consignas son plurales. ¡Respeto a los gestos de barrera, uso de mascarilla en lugares concurridos y convocatoria masiva de VA-CCI-NA-CIÓN! Lo mismo ocurre en el Franco Condado, donde la tensión no es tan fuerte desde la crisis del Covid.
La preocupación es aún mayor a medida que el virus continúa desarrollándose y cobrándose víctimas. La ARS del Gran Este reconoce así la apertura de una investigación para comprobar si dos niños de los Vosgos, de 13 y 3 años respectivamente, murieron a causa de la gripe. Para intentar frenar la progresión del virus, también están a punto de abrirse centros de vacunación en varias regiones, incluida Lorena.
