Durante milenios, las plantas medicinales han desempeñado un papel central en la mejora de nuestra salud, formando la base de muchos tratamientos. Hoy en día, a pesar del auge de la medicina moderna, las plantas siguen proporcionando compuestos esenciales para la fabricación de muchos fármacos. Las civilizaciones antiguas documentaron el uso de plantas para tratar diversas enfermedades. Textos antiguos como el Papiro de Ebers y el Shennong Bencao Jing enumeran cientos de plantas y sus usos medicinales. Estas tradiciones ancestrales sentaron las bases de la medicina herbaria moderna. Las plantas medicinales siguen siendo una fuente invaluable de compuestos terapéuticos que contribuyen significativamente a la salud pública. Su papel en la creación de medicinas modernas es un testimonio de la riqueza y complejidad de la naturaleza.
Papaver somniferum. Los efectos sedantes de su látex, altamente concentrado en opio, se conocen desde la Antigüedad. No fue hasta 1805 que un farmacéutico alemán aisló el ingrediente activo, un analgésico, al que llamó morfina, en referencia a Morfeo, dios de los sueños. De él se extraen otras moléculas, como la codeína, analgésica y antitusiva.
Catharanthus roseus. Contiene vinblastina y vincristina, agentes antitumorales, eficaces en el tratamiento de la leucemia y la enfermedad de Hodgkin. Las moléculas sintéticas se utilizan contra el cáncer de pulmón, mama y vejiga.
Digitalis purpurea. La ingestión de (…)
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