En Sète, un hombre murió a causa de una uña encarnada, cuya gravedad aparentemente no fue suficientemente tenida en cuenta por las distintas estructuras médicas, informa el sitio web Midi-Libre. Los hechos ocurrieron en septiembre pasado: la víctima, de 75 años, era diabético y padecía problemas de circulación en las piernas.
El hombre se sintió mal por primera vez el 3 de septiembre, pero ni los bomberos ni el médico tratante detectaron la infección, que finalmente resultó ser grave. Incluso si el médico le receta antibióticos, informa la misma fuente. Después de un análisis de sangre, le diagnosticaron una infección estafilocócica. Pero aún no está hospitalizado.
El 11 de septiembre su estado empeoró y paramédicos privados acudieron a su domicilio y comprendieron que su caso era muy grave. Pero la ambulancia médica que solicitaron tardó dos horas en llegar al domicilio del septuagenario. Demasiado tarde… Murió en el hospital de Sète y se ordenó una autopsia. Su viuda decidió presentar una denuncia por esta supuesta serie de fracasos. Requiere que se establezcan responsabilidades y que se castigue a los culpables. La fiscalía de Montpellier ha decidido abrir una investigación.
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