Conocimiento de los riesgos, pero falta de cumplimiento de las precauciones.
Según una encuesta IFOP para el laboratorio Pfizer, la mayoría de los franceses conocen los riesgos asociados al COVID-19, pero uno de cada dos no se siente preocupado. “ Este es un fenómeno común: todo el mundo evalúa el riesgo de forma subjetiva, a menudo en función de su salud. », explica el profesor Olivier Robineau, especialista en enfermedades infecciosas del centro hospitalario de Tourcoing (Norte). “ Se cree que las complicaciones afectan principalmente a personas frágiles, mientras que con el COVID-19 también pueden verse afectadas personas sanas. “. Esta brecha entre la conciencia de los riesgos y el sentimiento de preocupación individual plantea una cuestión de concienciación para toda la población.
Consecuencias graves
Porque los impactos de la COVID-19 van mucho más allá de los síntomas agudos iniciales. Entre un mes y un año después de una infección, el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares graves sigue siendo elevado: el riesgo de enfermedad coronaria aumenta un 72% y los paros cardíacos son 2,5 veces más frecuentes. Tenga en cuenta que estos datos también se refieren a personas sin ningún factor de riesgo cardiovascular.
Pero eso no es todo. “ Las consecuencias de la COVID-19 son muy variadas”, precisa el profesor Robineau. “Pueden ser pulmonares, neurológicas o afectar a otros órganos », explica el profesor Robineau. “ Para algunos, la infección causará fatiga persistente, dolor o incluso dificultad para respirar que dura meses. Además, los estudios sugieren que la COVID-19 podría aumentar el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades crónicas, como la diabetes. Estas consecuencias afectan a las personas hospitalizadas, pero especialmente a las que no han sido hospitalizadas. »
Prevención: gestos de barrera y vacunación como protección contra formas graves
Según la encuesta, el 14% de los franceses dicen sufrir, o conocer a alguien que las sufre, las consecuencias del COVID-19. Sin embargo, la mitad de los encuestados no dice estar preocupada por este riesgo y el 11% no siente ninguna preocupación, lo que ilustra una desconexión entre la conciencia colectiva y la preocupación individual.
Con intenciones de vacunación del 59% entre las personas elegibles para vacunarse y un cumplimiento insuficiente de los gestos de barrera, la protección individual y colectiva contra el COVID-19 sigue siendo frágil. Y, sin embargo, como indica el profesor Robineau, “ La mejor manera de evitar las consecuencias del COVID-19 es protegerse. Esto implica adoptar gestos de barrera: usar una máscara cuando estamos enfermos, lavarnos las manos y proteger a los más vulnerables que nos rodean. Pero también la vacunación, que reduce la gravedad de la infección. »
En conclusión, el profesor Robineau insiste: “ Protegerse sigue siendo esencial, ya que los efectos del COVID-19 pueden ser duraderos, incluso para quienes creen que están a salvo.. »
Fuente: Entrevista con el profesor Olivier Robineau, noviembre de 2024