LO ESENCIAL
- Selectivamente tóxica para las células tumorales, la molécula llamada gliocidina bloquea la enzima IMPDH2, esencial para la síntesis de nucleótidos, provocando así la muerte de las células cancerosas.
- En pruebas en ratones, la gliocidina cruzó la barrera hematoencefálica, ralentizó el crecimiento del tumor y prolongó la supervivencia, especialmente en combinación con quimioterapia con temozolomida.
- Sin efectos secundarios notables, este tratamiento podría allanar el camino para nuevos ensayos clínicos y mejorar las perspectivas de los pacientes.
Con alrededor de 2.400 nuevos casos diagnosticados cada año en Francia, el glioblastoma es el cáncer cerebral más frecuente en adultos. También es uno de los más mortíferos. A pesar de las terapias actuales, las tasas de supervivencia de los pacientes siguen siendo desesperadamente bajas. Varios obstáculos hacen que esta enfermedad sea difícil de tratar: una gran diversidad de células dentro de los tumores, pocas dianas genéticas explotables, un entorno tumoral que debilita las defensas inmunes y la barrera hematoencefálica que limita el acceso de los medicamentos al cerebro.
Gliocidina para destruir células tumorales
Sin embargo, un equipo de investigadores del Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering de Nueva York acaba de hacer un descubrimiento que podría cambiar las reglas del juego: una molécula, la gliocidina, capaz de destruir selectivamente las células de glioblastoma preservando las células sanas. Un tratamiento que podría revolucionar el manejo de este tumor cerebral extremadamente agresivo.
Como parte de su trabajo, publicado en la revista Naturalezalos científicos examinaron más de 200.000 compuestos químicos para identificar moléculas capaces de matar las células de glioblastoma. La gliocidina se distingue claramente por su acción tóxica específica, según un comunicado de prensa. Al profundizar en su mecanismo de acción, el equipo descubrió que la gliocidina actúa como un “prodrogas” : una vez activado en el organismo, bloquea indirectamente la enzima IMPDH2, esencial para la síntesis de nucleótidos de guanina. Esta inhibición provoca estrés a nivel de replicación del ADN, provocando la muerte de las células tumorales.
Resultados prometedores en ratones
Las pruebas en ratones demostraron que la gliocidina atraviesa eficazmente la barrera hematoencefálica, ralentiza el crecimiento de tumores y prolonga la supervivencia de los animales. Combinado con quimioterapia con temozolomida, que estimula la activación de la gliocidina, el tratamiento mejoró aún más los resultados. Cabe señalar que los roedores tratados no mostraron efectos secundarios notables: conservaron su peso, sus órganos estaban sanos y su sistema inmunológico intacto.
Estos resultados convierten a la gliocidina en un candidato prometedor para futuros ensayos clínicos. Al abordar las debilidades moleculares específicas del glioblastoma y al mismo tiempo minimizar los efectos secundarios, este “prodrogas” podría mejorar significativamente las perspectivas de los pacientes con este tumor.
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