Para alguien que pronto celebrará su 70 cumpleaños, el británico John Jaquiss está en forma olímpica. Habla con entusiasmo de la caminata de montaña de cinco kilómetros que está a punto de emprender, después de comenzar el día nadando por la mañana.
Sin embargo, hace 23 años, cuando su médico le dijo que había contraído la infección por VIH, no imaginaba que llegaría a los sesenta.
“Cuando recibí el diagnóstico, pensé que me quedaban 15 años de vida, y luego, si tenía suerte, otra vez”, dice. “Tal vez llegue a los 60”. Tengo suerte porque he adoptado un enfoque positivo ante la vida. Desde el principio me esforcé por mantenerme en forma y saludable”.
Los amigos y las redes sociales de John desempeñaron un papel vital para ayudarlo en este momento difícil. Mostrando solidaridad entre sí, algunos de sus amigos hablaron sobre sus propias experiencias viviendo con el VIH y le dieron esperanza cuando la necesitó.
Un control rutinario puede salvar una vida
John recibió su diagnóstico durante un chequeo de rutina. Poco antes se había hecho una prueba de VIH y casi rechazó la siguiente. Mirando hacia atrás, dice: “Afortunadamente no lo hice”. Empecé a tomar medicación poco después del diagnóstico; por lo tanto, el virus tenía menos posibilidades de afianzarse”.
Desafortunadamente, esa no fue la única enfermedad que le diagnosticaron a John ese año. Poco después de enterarse de su estado serológico respecto del VIH, le diagnosticaron el llamado cáncer “oportunista”. El VIH daña el sistema inmunológico del cuerpo, aumentando el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Con una detección temprana y un rápido acceso al tratamiento y la atención adecuados, John pudo vencer el cáncer.
“Para mí lo importante es estar en contacto conmigo mismo y cuidar mi alimentación. Me concentro en mi forma física y bienestar. Hago ejercicio todos los días. » John es proactivo y cuida su salud. Como vive con VIH, su cuerpo es más vulnerable a comorbilidades como problemas articulares o dermatológicos. En estrecha consulta con su médico de cabecera, sigue su plan de tratamiento y realiza sus controles de rutina.
Cómo afrontar múltiples enfermedades
Apenas unos años después de que le diagnosticaran VIH y cáncer, sufrió otro shock. Durante uno de sus chequeos de rutina, John descubrió que estaba infectado con el virus de la hepatitis C, un virus que causa inflamación del hígado.
“En ese momento me sentí muy deprimido. Pensé que ya era bastante malo tener infección por VIH y cáncer oportunista, pero luego apareció la hepatitis. Me preguntaba qué me mataría primero. Me dijeron que necesitaba continuar con 48 semanas de tratamiento de inmediato. Esto duró todo el año 2006. Estaba tomando interferón y ribavirina y los efectos secundarios fueron terribles”.
John tuvo que cambiar su tratamiento para la hepatitis C y participó en un ensayo clínico de un nuevo fármaco para la enfermedad. “Un fármaco funcionó durante algunas semanas, pero finalmente fue una combinación de Harvoni y ribavirina la que funcionó.
Después de meses de tratamiento y efectos secundarios importantes que afectaron su visión y memoria, John se recuperó de la hepatitis C.
Luchar contra el estigma relacionado con el VIH y la hepatitis C
Mirando hacia atrás, John dice que se sintió solo cuando enfrentó la hepatitis C. En el momento en que a John le diagnosticaron hepatitis C, estaba trabajando en un puesto ejecutivo muy estresante en una gran empresa. Estigmatizado, sentía que era más fácil hablar con sus colegas sobre su cáncer que sobre sus infecciones por VIH o hepatitis C.
El apoyo emocional de sus amigos y de su red social siempre ha ayudado a John a afrontar sus problemas médicos. “El apoyo de los demás es muy valioso”, añade. “Hay que conseguir ayuda para navegar por el sistema. (…) Necesitas a alguien que te escuche para poner las cosas en perspectiva y ayudarte a ver las cosas con claridad. Cuando contraje hepatitis C, no tenía con quién hablar”.
John a veces sentía el estigma relacionado con el VIH por parte de los médicos e incluso de su expareja, pero su batalla contra la hepatitis C fue aún más difícil. “Se organizó una comunidad en torno al VIH. No cerca de la hepatitis C. La gente te trata como a un leproso”.
La historia de John ilustra perfectamente que las personas que viven con VIH, hepatitis y otras enfermedades de transmisión sexual a menudo enfrentan estigma y discriminación debido a sus condiciones. No sólo se preocupan por su salud, sino que también se sienten excluidos y aislados. Uno de los elementos clave en la lucha contra el VIH/SIDA –tanto en los entornos de salud como en la sociedad en general– es la eliminación del estigma y la discriminación contra las personas en riesgo, que viven con la infección por el VIH o afectadas por esta enfermedad.
Envejecer con VIH
John es parte de una creciente comunidad de personas que envejecen con VIH. Con una mayor eficacia del tratamiento con terapia antirretroviral (TAR), las personas con VIH que reciben un diagnóstico temprano, reciben tratamiento oportuno y permanecen con TAR pueden mantener la supresión de la carga viral y vivir vidas largas y saludables.
Hoy, John rezuma optimismo. Es un orador inspirador y lucha contra los estereotipos y conceptos erróneos sobre el VIH. “Soy parte de un comité representativo de pacientes y he realizado sesiones de capacitación con todos los médicos de cabecera y el personal clínico de la zona. »
La acción centrada en las personas es esencial para que los gobiernos y las autoridades sanitarias puedan abordar con éxito el VIH, la hepatitis viral y las infecciones de transmisión sexual en la Región Europea de la OMS (que abarca 53 Estados Miembros ubicados en Europa y Asia Central) y en todo el mundo.
Los planes de acción regionales OMS/Europa para 2022-2030 para acabar con el sida y las epidemias de hepatitis virales e infecciones de transmisión sexual destacan la necesidad urgente de combatir el estigma en el sector de la salud y en la sociedad en general, así como garantizar el acceso sistemático al tratamiento y la atención. para todos aquellos que lo necesiten, a un precio asequible.