La actividad física regular parece mejorar la función cerebral y reducir el riesgo de demencia, incluso en personas genéticamente más predispuestas a ella, sugieren dos estudios recientes.
Publicado a las 11:10 a.m.
Jean-Benoit Legault
La prensa canadiense
Publicado por investigadores del prestigioso Instituto Karolinska de Estocolmo en el Revista británica de medicina deportivael primer estudio concluye que una buena aptitud cardiorrespiratoria se asocia con un mejor rendimiento cognitivo desde el inicio y un menor riesgo de demencia a largo plazo.
Esta buena aptitud cardiorrespiratoria, añaden los autores, podría retrasar la aparición de la demencia en 18 meses en determinados individuos y reducir en un 35% el impacto de una predisposición genética al desarrollo de la enfermedad.
“Es interesante ver que podría ayudar incluso a aquellos que tienen una predisposición genética”, comentó el profesor Yves Lajoie, de la Universidad de Ottawa. 35%, eso no es nada. »
Los autores del estudio advierten, sin embargo, que se trata de un estudio observacional y que no es posible establecer un vínculo causal entre una buena aptitud cardiorrespiratoria y un riesgo reducido de demencia.
Las personas con mejor salud cardiorrespiratoria, por ejemplo, también podrían tener mejores hábitos de vida en términos de sueño, dieta y manejo del estrés.
Este estudio sigue la línea de varios otros que han demostrado que una buena forma física es beneficiosa no sólo para el cerebro sino para todos los órganos, recordó el profesor Lajoie.
“Con una buena función cardiorrespiratoria producimos proteínas que nos ayudan a mantener una buena circulación en el cerebro, y eso lo protege”, afirmó. En cuarenta años (de carrera), nunca he visto un estudio que diga que el ejercicio no es bueno. »
Velocidad de procesamiento cognitivo
El segundo estudio fue publicado en la revista. Anales de medicina conductual por investigadores estadounidenses. Descubrieron, estudiando a personas de mediana edad, que los “movimientos cotidianos”, como pasear al perro o hacer las tareas del hogar, contribuían a un mejor funcionamiento del cerebro.
Precisan que pudieron medir una mejora en la velocidad de procesamiento cognitivo equivalente a un rejuvenecimiento de cuatro años, según un comunicado de prensa que acompaña al estudio.
Se observaron mejoras en la función cerebral de inmediato. Así, durante su experimento, los sujetos demostraron una mejora en su velocidad de procesamiento cognitivo durante las tareas realizadas poco después de la actividad física.
“Cuando los participantes informaron haber estado físicamente activos durante las 3,5 horas anteriores, mostraron una mejora en la velocidad mental equivalente a ser cuatro años más jóvenes”, escriben los autores. Este beneficio se observó independientemente de si las actividades informadas eran de mayor intensidad o no. »