La observación es alarmante: los franceses hoy duermen menos que nunca. En 2024, la duración media del sueño nocturno será de 6 horas y 42 minutos entre semana. Esta duración supone un importante descenso de 16 minutos respecto a 2023. Los fines de semana, el tiempo de sueño aumenta ligeramente hasta alcanzar las 7 horas y 25 minutos.*.
¿Lo sabes? El somier, uno de los accesorios para dormir que a menudo se descuida, desempeña un papel fundamental en la calidad del sueño. Representa el 30% del confort global de la ropa de cama. Un buen somier asegura tres funciones esenciales: ventilación del colchón para evacuar nuestro sudor cada noche, optimización del confort mediante el apoyo activo del cuerpo y amortiguación de los movimientos para evitar una firmeza excesiva. Los somieres tapizados, por ejemplo, con su estructura de madera maciza y sus láminas flexibles ofrecen un confort óptimo, mientras que los somieres constituyen una alternativa eficaz y económica. |
El alcance de los trastornos del sueño.
La reducción del tiempo de sueño también va acompañada de un aumento de los trastornos del sueño. El insomnio crónico afecta al 13,1% de los adultos de 18 a 75 años, afectando especialmente a las mujeres (16,9%) frente a los hombres (9,1%)**.
Las repercusiones de la falta de sueño sobre la salud son numerosas y preocupantes. Los estudios epidemiológicos revelan que dormir menos de 6 horas aumenta significativamente el riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardíacas.
En el ámbito profesional, el 24% de los franceses afirma tener dificultades relacionadas con la falta de sueño: somnolencia, problemas de concentración y reducción de la productividad. Las relaciones sociales no se salvan, ya que el 17% de las personas mencionan cambios de humor y mayor emocionalidad***.
La aparición de nuevos hábitos.
Ante este déficit crónico de sueño, los franceses están adaptando su comportamiento. Un nuevo hábito tiende a instalarse en nuestra vida diaria. De hecho, el 46% de los franceses echa al menos una siesta a la semana, frente a sólo el 30% en 2012. La duración media de una siesta es de 1 hora y 16 minutos*.
Es el teletrabajo el que ha favorecido esta práctica, especialmente popular entre los adultos jóvenes. El 57% de las personas entre 25 y 34 años hacen siestas con regularidad. Para la gran mayoría, este desarrollo representa una adaptación bastante positiva a los nuevos ritmos de vida.
Soluciones y algunas recomendaciones.
Para recuperar un sueño de calidad, varias medidas resultan eficaces. La regularidad de la hora de acostarse y despertarse constituye la base de una buena higiene del sueño. La actividad física también demuestra su eficacia: el 33% de las personas que practican actividad deportiva semanal afirman tener un sueño satisfactorio.*
La gestión de la pantalla también sigue siendo esencial. La luz azul retrasa la secreción de melatonina, la hormona del sueño. Desconectarse digitalmente 1 a 2 horas antes de acostarse promueve conciliar el sueño más rápido.
El entorno para dormir juega un papel determinante. Una habitación que se mantiene fresca, oscura y silenciosa crea las condiciones óptimas para un descanso reparador. Evitar estimulantes como el café, el té o la vitamina C después de las 4 p.m. también promueve el sueño natural.
Este enfoque holístico del sueño es parte de un enfoque de salud pública y devolvería el descanso nocturno a su lugar central en el mantenimiento de una buena salud y un bienestar óptimo.
* Encuesta INSV realizada por OpinionWay Día del Sueño 2024. ** beh / Boletín epidemiológico semanal del 12 de marzo de 2019. *** Encuesta Global Día Mundial del Sueño 2019 / Sanofi & YouGov.