Los ratones, en este caso, fueron colocados durante una hora en una plataforma flotando en el agua y, por tanto, sometidos a estrés frente a sus congéneres que permanecieron en una jaula. Y esta observación de los científicos: los primeros habían defecado más que los segundos. Desde muestras hasta la exploración de los mecanismos celulares en funcionamiento, llegaron a sugerir que “el cortisol influye directamente en las neuronas que forman el sistema nervioso entérico”. El cual es un “tejido independiente del sistema nervioso central, distribuido por todo el tracto digestivo, que regula las funciones gastrointestinales”.
Un tránsito acelerado
En concreto, un episodio de estrés aparece asociado a “un aumento de la proporción de neuronas que sintetizan acetilcolina (un neurotransmisor, ndr) a nivel del sistema nervioso entérico”. Lo que aparentemente ayuda a acelerar el tránsito. Si estos resultados deben ser confirmados o refutados en humanos, este trabajo publicado en 2023 confirma de alguna manera esta reputación de ser el “segundo cerebro” que representa nuestro intestino. ¡Que contendría 200 millones de neuronas! Suficiente para multiplicar los intercambios con un cerebro estresado…
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