Vídeo sugerido ¿Qué productos están de temporada en noviembre?
Vídeo 1 de 2
¿Y si el queso, a veces criticado por sus calorías y grasas, fuera en realidad un aliado para nuestra salud? Un estudio francés reciente cuestiona las ideas preconcebidas y revela que los amantes de los productos lácteos fermentados, como el queso, tienen un riesgo reducido de sufrir un derrame cerebral. Contrariamente a la creencia popular, este placer cotidiano podría incluso proteger nuestro sistema cardiovascular. ¡Descubra por qué este símbolo de la gastronomía francesa puede hacerle bien!
A menudo se percibe que el queso tiene un alto contenido de grasas saturadas, pero un estudio francés con más de 100.000 participantes revela un efecto protector inesperado. Los consumidores habituales de productos lácteos fermentados, como el queso y el yogur, tienen un riesgo un 20 % menor de sufrir un derrame cerebral. Este beneficio podría explicarse por la “matriz” del queso, compuesta de calcio y proteínas, que atenúa el impacto de las grasas saturadas, mientras que los probióticos que contiene tienen efectos antiinflamatorios beneficiosos para el corazón.
A pesar de estos beneficios, se recomienda consumir productos lácteos con moderación. Dos porciones al día, alternando entre leche, yogur y queso, aportan beneficios. En cuanto a las variedades de queso, todas se pueden consumir, siempre que se controle su contenido en sal. La ricotta, la mozzarella y el emmental se encuentran entre los quesos menos salados, mientras que el feta, el parmesano y el roquefort deben disfrutarse con moderación. Seguir la recomendación de 30 g de queso al día te permitirá saborear sin excesos y beneficiarte de sus beneficios.
Health