Uno de cada dos niños presenta trastornos emocionales.

Uno de cada dos niños presenta trastornos emocionales.
Uno de cada dos niños presenta trastornos emocionales.
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Investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) revelaron recientemente que las alteraciones emocionales, que pueden derivar en depresión, ansiedad o dificultades de conducta, podrían ser síntomas centrales del trastorno de atención con o sin hiperactividad (TDAH).

Los trastornos emocionales en el corazón del TDAH

Para llegar a esta conclusión, los científicos analizaron datos del Estudio ABCD, una gran cohorte que siguió el desarrollo del cerebro y la salud mental de los niños que viven en los Estados Unidos. Casi 6.000 niños padecían TDAH. De este modo pudieron asignar a cada individuo una puntuación que indicaba su probabilidad de desarrollar este trastorno de atención.

Durante este estudio publicado en Naturaleza Salud Mental, los padres o tutores de niños y adolescentes tuvieron que completar una serie de cuestionarios que incluían preguntas relacionadas con el comportamiento emocional. Entre estas preguntas, encontramos este ejemplo:

  • cuando mi hijo está molesto, tiene dificultad para controlar su comportamiento;
  • cuando mi hijo está molesto, sabe que puede encontrar una manera de sentirse mejor;
  • Cuando mi hijo está molesto, empieza a sentirse muy mal consigo mismo.

Un área particular del cerebro más pequeña en niños con TDAH

Según los resultados, casi uno de cada dos niños con TDAH mostraba signos de desregulación emocional. Los datos de imágenes cerebrales también estaban disponibles para algunos voluntarios. Los líderes del estudio observaron que una región particular del cerebro, llamada pars orbitalis, era más pequeña en niños con TDAH y trastornos emocionales.

Esta área participa tanto en la comprensión como en el procesamiento de las emociones y la comunicación, lo que podría explicar determinadas conductas presentes en los pacientes con TDAH. “La pars orbitalis est une partie du cerveau bien connectée, et si elle ne s’est pas développée correctement, il peut être difficile pour les individus de contrôler leurs émotions et de communiquer avec les autres de manière appropriée, en particulier dans les situations sociales (…) Él Podría ser que cuando los niños no pueden expresarse adecuadamente, cuando experimentan dificultades emocionales, no son capaces de controlar sus emociones y hacen berrinches en lugar de comunicarse con sus padres, maestros o cuidadores”.subrayó Barbara Sahakian, profesora en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge.

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