¡trabajemos en el riesgo para la salud!

¡trabajemos en el riesgo para la salud!
¡trabajemos en el riesgo para la salud!
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Las actividades realizadas sobre el terreno por los arqueólogos presentan importantes riesgos profesionales. Los riesgos comunes al sector de la construcción son generalmente conocidos y controlados, como los relacionados con la presencia de equipos de construcción, la coactividad, las limitaciones climáticas severas, el transporte de cargas pesadas, las caídas, etc. Ahora se plantea la cuestión de la exposición de los trabajadores a riesgos peligrosos. agentes químicos que puedan suponer un riesgo para su salud.

Durante las fases de campo, los arqueólogos pueden entrar en contacto con numerosas sustancias químicas resultantes de contaminaciones pasadas (intervenciones en antiguos sitios industriales) o actuales (que se extienden cerca de las obras de construcción, por ejemplo), que a veces son difíciles de identificar. La diversidad de las obras de construcción conduce a condiciones de exposición muy variables, lo que complica la evaluación de los riesgos para la salud. Esta situación convierte a los arqueólogos en una población especial, sobre la que no se dispone de estudios hasta el momento.

Además, es imposible que una comunidad garantice análisis químicos sistemáticos de los suelos para todas las actividades y agentes implicados. Estos métodos no son específicos de los arqueólogos territoriales sino que pueden afectar a un cierto número de agentes de los servicios técnicos comunitarios.

Colaborar

Los equipos de campo informan periódicamente de numerosas situaciones:

  • pueden encontrarse exposiciones consideradas importantes en caso de descubrimientos fortuitos y plantear dudas sobre posibles efectos inmediatos sobre la salud, en particular en condiciones deficientes de protección e higiene;
  • la presencia de polvo se observa con mucha frecuencia, especialmente en el período estival, por lo que parece existir un riesgo de “polvo”, pero rara vez o nunca se cuantifica;
  • Los riesgos a largo plazo son más temidos, especialmente en presencia de contaminantes cancerígenos.

Estas preguntas, junto con la ausencia de datos en la literatura, pueden crear un clima que provoca ansiedad y dar lugar a una necesidad real de trabajo de inteligencia en cada nuevo proyecto. La colaboración con el Servicio de Prevención y Salud en el Trabajo (SPST) ha permitido hacer un balance de los recursos disponibles y considerar la implementación de una verdadera prevención de riesgos químicos en el sector industrial.

Identificar riesgos y exposiciones.

Como en todas las demás profesiones, la evaluación de los riesgos químicos en ambientes contaminados se basa en la identificación de sustancias químicas peligrosas presentes en las obras de construcción y las rutas y modos de exposición por los cuales los agentes pueden ser contaminados.

Una de las primeras dificultades encontradas es identificar la naturaleza de la posible contaminación en una obra de construcción y su ubicación. Se podrían identificar tres posibilidades:

  • la contaminación se conoce aguas arriba, a través de un informe de diagnóstico de contaminación, pero es difícil de interpretar desde el punto de vista del riesgo para la salud;
  • la contaminación se descubre en el campo (tanques, derrames cercanos, olores o colorantes del suelo) pero es difícil de identificar;
  • no hay contaminación detectada ni visible (lo que no significa su ausencia). A continuación se pueden consultar las bases de datos para intentar completar el conocimiento del lugar (CASIAS y Georisks que enumeran los sitios industriales y urbanos, actuales y pasados, por ejemplo).

Los principales contaminantes generalmente identificados se pueden agrupar en varias familias: el polvo mineral, los disolventes orgánicos, los metales pesados ​​y los pesticidas son los principales. La mayoría de ellos son irritantes, algunos pueden provocar la aparición de alergias en parte de la población expuesta. Otros pueden provocar diversas intoxicaciones en caso de exposición a grandes dosis. Finalmente, se sabe o se sospecha que algunos son cancerígenos o alteran la fertilidad femenina y/o masculina.

Sin embargo, la probabilidad de que se produzcan estos diferentes efectos tóxicos depende de la exposición, que resulta de tres modos principales:

  • por vía respiratoria: inhalación de vapores y polvos, incluso cargados de hidrocarburos o metales;
  • a través de la piel: contacto con terrenos contaminados por contaminantes (disolventes, metales pesados);
  • por vía digestiva: ingestión de polvo previamente inhalado o contacto de la mano sucia con la boca para beber, comer, fumar.

El intercambio entre el SPST y el servicio territorial permite así estimar el riesgo incurrido a partir de la información disponible y adaptar las prácticas laborales y las medidas de prevención.

Prevenir

La colaboración entre el servicio arqueológico territorial y la SPST ha favorecido el establecimiento de una política concreta de prevención de riesgos químicos, teniendo en cuenta la información disponible sobre la naturaleza de la contaminación y las condiciones de exposición de los agentes, así como las realidades del terreno.

En concreto, resultó en la implementación de:

  • una tabla de lectura para interpretar los diagnósticos de contaminación en relación con los riesgos para la salud;
  • un protocolo de búsqueda de información previa que implica la consulta de las bases de datos CASIAS y Géorisks;
  • una carta de alerta a los propietarios advirtiendo del aplazamiento de las intervenciones en caso de propagación;
  • un protocolo de retirada/rechazo de construcción en caso de riesgo demasiado grande;
  • equipos de protección personal adaptados al riesgo y validados previamente de forma colectiva con el equipo de campo. Recuerde que un “EPP [équipement de protection individuel, ndlr] » ¡Es ante todo un EPI desgastado!
  • medidas de recordatorio sobre la importancia de respetar las normas básicas de higiene para limitar la contaminación de organismos;
  • trazabilidad de situaciones de exposición accidental (descubrimientos fortuitos);
  • una adaptación del seguimiento médico por parte del médico del trabajo más adaptada a las prácticas reales en el campo y garantizando una mejor trazabilidad de las exposiciones profesionales a lo largo de la carrera profesional.

Para concluir

La contaminación es diversa, a veces invisible, y afecta a todos los entornos. Para superar la imposibilidad de una identificación exhaustiva de los contaminantes presentes, la investigación documental de los peligros aguas arriba, el seguimiento de las intervenciones en entornos contaminados, el respeto del uso de EPI y de las medidas básicas de higiene son, por tanto, principios fundamentales que pueden y deben aplicarse ampliamente (tanto a los permanentes y agentes contractuales).

Se debe considerar el riesgo, real o percibido, y, a falta de estudios que permitan conocer la peligrosidad de estas exposiciones, proponer la implementación de medidas preventivas y el seguimiento de incidentes son las mejores soluciones propuestas.

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