Ansiedad: afrontar una situación abrumadora

Ansiedad: afrontar una situación abrumadora
Ansiedad: afrontar una situación abrumadora
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SALUD. No estamos hablando de trastornos de ansiedad en los niños, sino de rasgos vinculados a la ansiedad ante una situación invasiva. A partir de entonces, el papel del progenitor se articula como acompañante de su hijo, con el fin de ayudarle a afrontar la situación que adquiere una magnitud desproporcionada en sus pensamientos.

“Hay que tener cuidado con la ansiedad, porque es un término que muchas veces se usa en exceso. El hecho de que un niño experimente miedos o estrés no significa que sufra ansiedad. Hablamos de ansiedad cuando el niño vive un problema abrumador”, explica Marie-Pierre Vallée, responsable de relaciones humanas del Centro Integrado de Servicios Sanitarios y Sociales (CISSS) de Chaudière-Appalaches.

Una situación estresante puede provocar ansiedad en el niño cuando toma el control. Esto puede presentarse como dificultad para dormir o dolor de estómago. Estos son síntomas físicos que pueden estar asociados con la ansiedad.

Un diagnóstico y soluciones

Se ha hablado mucho sobre salud mental en los últimos años, tanto entre niños como entre adultos. “Estamos en una sociedad donde debemos hacer diagnósticos y buscar soluciones. Los padres están más alerta y atentos cuando su hijo experimenta algo. Quieren comprenderle para ofrecerle los mejores servicios y encontrar la causa del comportamiento de su hijo”, subraya Vallée.

Una muerte, la enfermedad de un ser querido y un divorcio pueden causar ansiedad en un niño, al igual que la búsqueda de desempeño. “Estamos en una sociedad del desempeño. Los padres son más exigentes con sus hijos. Quieren que su hijo tenga un buen desempeño en la escuela, que desarrolle una pasión, que destaque en un deporte, desde una edad muy temprana. Los padres, por amor y bondad, quieren que sus hijos se conviertan en una mejor versión de ellos mismos. Esta presión por el rendimiento está muy presente en los niños y les provoca ansiedad”, añade el ponente.

Para ayudar a su hijo, los padres deben tomar conciencia de sus propias ansiedades e inseguridades que se transmiten sin querer. No podemos esperar que un niño pequeño sea capaz de poner nombre a sus emociones y necesidades, de gestionar sus conflictos, de ser razonable y responsable. El cuidador promueve expectativas realistas, basadas en la edad y el desarrollo cognitivo del niño.

“Los padres pueden apoyar a sus hijos, permitirles experimentar inconvenientes e incomodidades, experimentar emociones negativas y situaciones difíciles sin tratar de protegerlos. Como cuidador, ayudamos al niño a comprender que debe afrontar sus pensamientos y su discurso interno que le provoca ansiedad, afrontar situaciones estresantes y tomar conciencia de sus dolencias físicas (psicosomáticas) para reducir su ansiedad. »

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