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Los omega-3 son una familia de ácidos grasos esenciales. Reúne todos los ácidos grasos esenciales para el correcto desarrollo y funcionamiento del organismo. Este último no sabe hacerlos él mismo. Pueden ser de alimentos. Así, se encuentra en plantas como los frutos secos, el aceite de colza, de soja o de lino. También se encuentra en pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa, el arenque, las sardinas y las anchoas.
El aguacate contiene omega-3, principalmente en forma de ácido alfa-linolénico (ALA).
Los beneficios de las semillas de chía son de sobra conocidos. Pero los de aceite de chía lo son un poco menos. Este aceite es rico en nutrientes, particularmente omega-3. “Las semillas de chía contienen el nivel más alto de este ácido graso omega-3 que se encuentra en la naturaleza. Sólo una cucharadita de aceite de chía se considera una ‘excelente fuente’ de este omega-3 esencial y proporciona más que el nivel de ingesta diaria adecuada establecido”. indica la nutricionista Wendy Bazilian, entrevistada por Gracia.
El aceite de chía también reduciría el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Esto se debe a su excelente contenido en fibra, antioxidantes y minerales.
Se dice que los beneficios de este aceite se multiplican por diez cuando se mezcla con otros ingredientes ricos en nutrientes. De hecho, tiene la capacidad de favorecer su absorción. Algunos aceites son muy frágiles y requieren mucho cuidado al utilizarlos, este no es el caso. De hecho, se puede consumir frío o templado e incluso cocinar a temperatura muy alta. Sólo se degrada a partir de 215°C.
Para guardarlo lo mejor es ponerlo en un lugar alejado del calor y la luz. Puede permanecer en tu armario hasta por 18 meses.
