La insuficiencia renal provoca trastornos cognitivos

La insuficiencia renal provoca trastornos cognitivos
La insuficiencia renal provoca trastornos cognitivos
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El diez por ciento de la población mundial sufre de insuficiencia renal, que es la incapacidad de los riñones para filtrar adecuadamente los desechos de la sangre. Una disminución de la función renal se asocia con un peor rendimiento cognitivo en términos de razonamiento, memoria de trabajo y tiempo de reacción.

Esta conclusión surge de un nuevo estudio dirigido por Shady Rahayel, profesor del Departamento de Medicina de la Universidad de Montreal. El neuropsicólogo, especializado en imágenes cerebrales y neurociencia computacional, y su equipo estudiaron la asociación entre la tasa de filtración glomerular –la capacidad de filtración de la sangre de los riñones– y la función cognitiva de casi 16.000 individuos sanos.

Los sujetos que tenían una función renal inferior obtuvieron peores resultados en las pruebas de rendimiento cognitivo, independientemente de la edad, el sexo, la educación, el índice de masa corporal y la salud cardiovascular. También mostraron atrofia cerebral, específicamente adelgazamiento de la corteza cerebral en las áreas frontales.

Un puente entre los riñones y el cerebro

shady rahayel

Crédito: Cortesía

Sin embargo, los mecanismos que vinculan la insuficiencia renal con la cognición y la neurodegeneración aún no están completamente dilucidados. Ciertamente, cuando los riñones están dañados y no logran filtrar adecuadamente la sangre, los productos de desecho tienen un efecto en el cerebro.

Pero ésta no es la única explicación, subraya Shady Rahayel. Por ejemplo, la causa principal de insuficiencia renal es la diabetes y esta enfermedad causa problemas vasculares que también dañan el cerebro. Por tanto, habría más, porque la correlación entre las funciones renal y cognitiva se mantendría incluso cuando se aislara el factor vascular. Esto es también lo que parece indicar la atrofia cerebral, revelada por imágenes cerebrales.

“Medimos el grosor de la corteza cerebral en 50.000 lugares y, aunque a los sujetos no se les había diagnosticado insuficiencia renal, ya pudimos ver que la función renal baja estaba asociada con la atrofia cerebral. Sin embargo, sabemos que la atrofia está relacionada con la neurodegeneración, la demencia y la enfermedad de Alzheimer, en particular. Esto es lo que el eje de investigación “riñón-cerebro” intenta aclarar: comprender mejor las regiones del cerebro más afectadas por la función renal alterada y, en última instancia, poder proponer intervenciones específicas”, concluye el profesor. .

Canadá

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