Sin carne ni pescado, es el doble de bueno para el clima

Sin carne ni pescado, es el doble de bueno para el clima
Sin carne ni pescado, es el doble de bueno para el clima
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En septiembre, la Oficina Federal de Seguridad Alimentaria y Asuntos Veterinarios (FSVO) y la Sociedad Suiza de Nutrición (SSN) actualizaron las recomendaciones dietéticas para la población suiza, que databan de 2011. Presentadas en forma de pirámide, estas nuevas exigencias han hecho Los productores de carne se estremecen. Pero no sólo eso.

En esta nueva situación, “las fuentes de proteínas vegetales, como las legumbres, están más representadas y aparecen al mismo nivel que las fuentes de proteínas animales, como la carne o el pescado”. Pero estas recomendaciones también decepcionaron a las asociaciones ecologistas, incluidas Greenpeace y WWF. Luego lamentaron “la ausencia de una recomendación a favor de una reducción significativa del consumo de alimentos de origen animal”.

Este lunes, Greenpeace y WWF publicaron conjuntamente los resultados de un análisis más detallado de la pirámide y sus potenciales efectos sobre el medio ambiente y el clima. “Las recomendaciones nutricionales de la Confederación pueden contribuir significativamente a la consecución de los objetivos climáticos de Suiza, siempre que se favorezcan los alimentos más respetuosos con el medio ambiente dentro de la pirámide alimentaria”, escriben las dos asociaciones.

En este análisis se tuvieron en cuenta dos escenarios, porque las recomendaciones nutricionales suizas dejan mucho margen de maniobra al consumidor. Para la carne, por ejemplo, la cantidad recomendada está entre cero y 360 gramos por semana.

“El análisis tiene en cuenta una variante máxima, en la que todos los alimentos especialmente perjudiciales para el medio ambiente (especialmente la carne y los productos lácteos) se consumen en la cantidad máxima recomendada. La variante mínima se basa en la aplicación más ecológica de las recomendaciones, es decir una dieta vegetariana, sin carne ni pescado.

Como era de esperar, resulta “que una dieta que cumpla con la variante mínima de las recomendaciones nutricionales contribuiría de manera importante a una dieta respetuosa con el medio ambiente y a los objetivos climáticos de la Confederación”. La variante máxima tendría el doble de impacto sobre el medio ambiente.

“Este análisis demuestra que es posible un sistema alimentario respetuoso con el medio ambiente dentro del marco de las recomendaciones dietéticas”, señala Barbara Wegmann, experta en consumo de Greenpeace Suiza. Queda por ver si los actores políticos, el comercio minorista y mayorista y los consumidores están dispuestos a tomar medidas valientes y coherentes para hacer posible este cambio en el consumo. En este sentido, la política agrícola 2030 es una gran oportunidad.

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