el invitado –
En 2025, cultivamos nuestras virtudes
Gracias a cualidades muy específicas, Suiza va bien económicamente. Cualidades que hay que preservar, según nuestro huésped.
Christophe Reymond– Director del Centro de Empleadores
Publicado hoy a las 7:04 am
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Al final de un año marcado por convulsiones en todo el planeta y la persistente desorganización del comercio mundial, podemos preguntarnos sobre la capacidad de un país pequeño como el nuestro, desprovisto de recursos naturales y alejado de los grandes bloques, para afrontar los desafíos del futuro. ¿Qué deseos deberíamos formular para nuestra economía?
En muchos sentidos, nuestra situación hace que la gente sienta envidia. Estamos experimentando un empleo casi pleno. El crecimiento es un poco lento, pero algunos de nuestros vecinos están en recesión. Tenemos una moneda fuerte (demasiado fuerte en algunos aspectos, una especie de precio por el éxito) y unas finanzas públicas más o menos saneadas. Un buen número de nuestras empresas disponen de capital social que les permite amortiguar los duros golpes y financiar inversiones.
Estas ventajas no son el resultado de ninguna gracia particular, sino de la persistencia de ciertas cualidades muy suizas, que debemos hacer todo lo posible para preservar.
“Trabajar más para ganar más” es, por ejemplo, un principio arraigado en las mentalidades. Aunque tiene una tendencia a la baja, las horas de trabajo efectivas siguen siendo elevadas, al menos en comparación con otros países europeos. A pesar del aumento del trabajo a tiempo parcial que poco a poco está cambiando la situación, seguimos trabajando correctamente en casa.
Los suizos siguen siendo los campeones del ahorro. Gracias también a lo establecido dentro de los fondos de pensiones, supera lo necesario para financiar inversiones en el país. El excedente se invierte en el extranjero, especialmente en las sucursales de grandes empresas suizas que emplean a cientos de miles de personas fuera de nuestras fronteras. Esta importante proporción de empleo extranjero es única entre los países industrializados.
Esta es una de las características de la apertura de nuestra economía al mundo, una ventaja ya que las exportaciones de bienes y servicios generan la mitad de nuestra riqueza. Están cada vez más diversificados geográficamente, con Asia y América ganando fuerza frente a Europa. Por lo tanto, el país se beneficiará al promover el libre comercio y no crear obstáculos al intercambio de capitales.
Luchar por la excelencia
Por último, sigamos esforzándonos por alcanzar la excelencia. La investigación y el desarrollo de nichos tecnológicos son la base de las estrategias adoptadas por las empresas suizas en los mercados globales. El nivel general de formación, académica y profesional, es alto. Nuestra gobernanza económica se adapta a un mundo cambiante porque se basa en la subsidiariedad. Corresponde al sector privado formular opciones estratégicas, no a la administración dictarlas.
Nada de esto es nuevo. Y nuestra prosperidad futura dependerá de nuestra capacidad de hacerlo incluso mejor que lo que hemos hecho hasta ahora.
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