Nuevas revelaciones preocupantes para la democracia semidirecta. Tras el aumento del número de firmas falsificadas en la presentación de iniciativas populares, la Cancillería Federal ha reforzado sus controles. Recientemente descubrió “irregularidades masivas” en relación con un objeto depositado, afirmó el sábado el Gaceta Diaria.
Garante del respeto de los derechos y de las normas de la democracia, el organismo confirmó a los medios de comunicación de Zurich haber detectado 3.626 firmas falsas tras la presentación, a principios de octubre, de la iniciativa denominada “para un suministro seguro de medicamentos”. Apoyado por los círculos sanitarios, el texto fue validado poco antes de Navidad con 108.709 firmas. Lo que las autoridades no comunicaron en aquel momento fue que se había detectado un índice especialmente elevado de iniciales falsificadas. Aún más inquietante es el hecho de que 3.308 de las 3.626 imitaciones descubiertas proceden de Ginebra. Sin embargo, los municipios y el cantón habían aprobado previamente los datos.
¿Una red profesional?
¿Cometieron un error? Cuestionada por “Tagi”, la Cancillería del Estado de Ginebra asegura “realizar una verificación rigurosa y cuidadosa de los datos facilitados para certificar que el interesado tiene derecho a votar”. En su defensa, parece que en este caso le hizo caso a Berne, informando “una tasa de discapacidad superior a la media”. Por lo tanto, la Cancillería Federal habría estado más atenta a los datos procedentes de esta región.
Según el periódico de habla alemana, podría tratarse de un fraude atribuible a una sola persona o, en todo caso, a un círculo restringido. Miembro del comité de la iniciativa para la seguridad del suministro de medicamentos, el abogado Andreas Feller obtuvo acceso a parte de los datos incriminados. Según él, “los análisis forenses demostraron que los datos estaban claramente escritos por la misma mano”.
La presión está aumentando
El comité de iniciativa asegura que está cooperando con las autoridades y precisa que ha encargado dos empresas especializadas en la recogida de firmas. Estos tendrían una “mejor reputación” que la que la empresa de Lausana se hizo con la suya este otoño durante las primeras revelaciones sobre el escándalo de las firmas falsificadas.
Pero una vez más surgen preguntas inquietantes sobre los métodos de recogida de iniciales, y voces denuncian desde hace años la posibilidad de pagar a personas por esta tarea. Ya se han presentado denuncias penales por otras iniciativas. A esta altura la justicia aún no se ha activado en este nuevo caso. O mejor dicho, todavía no…