A principios de mes, un violento incendio devastó la casa de Grandval (Bélgica), donde vivían nueve niños. El desastre destruyó completamente el edificio, dejando a los ocupantes sin sus pertenencias personales. Gracias a una inmediata solidaridad, se les proporcionó ropa y zapatos en los primeros días después del desastre.
Hoy en día, el edificio es inhabitable, ya que el techo ha desaparecido. Los niños, acompañados por el equipo educativo, encontraron refugio en una casa alquilada en la localidad de Crémines (BE). “Están tratando de recomponerse y retomar una vida normal después de este duro shock”, se lee en una publicación de la casa difundida en las redes sociales.
Para superar esta crisis y afrontar los retos de los próximos meses, la Asociación de Pequeñas Familias del Jura bernés ha lanzado una convocatoria de donaciones. Las contribuciones “financiarán la reconstrucción y garantizarán un apoyo duradero a los niños”, explica Nathan Hänni, director de la casa. ¿Qué pasa con los niños? “Ahora les va relativamente bien y poco a poco se están adaptando a un alojamiento temporal. A pesar de todo, no ven la hora de recuperar su hogar, aunque les lleve tiempo.
Por su parte, la Oficina de Menores (OM) reaccionó rápidamente tras el desastre, estableciendo estrecho contacto con los responsables del hogar. Según el cantón, se encontró una nueva casa para una duración estimada de dos años. Además, se está llevando a cabo un examen para determinar la cobertura de los costes relacionados con el incendio.
