El tribunal penal de Châteauroux falló este miércoles su juicio en el Gran juicio contra familias juzgadas por haber acogido a menores sin aprobación, algunos de los cuales dicen haber sufrido violencia física y psicológica, humillaciones y trabajos forzados. Cinco de los acusados fueron condenados a penas que van de diez meses a seis años de prisiónlos demás (eran 18 los que comparecieron) recibieron multas. De 2010 a 2017, unos sesenta niños ha sido confiado ilegalmente por el Servicio de Bienestar Infantil del Norte a una estructura de acogida“Infancia y Bienestar”, con sede en Indre, que no contó con la aprobación necesaria. Los niños también fueron acogidos en Creuse y Alto Vienne.
Entre las principales sancionesmantendremos a aquellos en contra Julien M. y Bruno C., sospechosos de haber maltratado a los adolescentesy ser los presuntos jefes pensantes de la red. Julien M, residente de Azérables en Creuse, es condenado a seis años de prisión, sin orden de ingreso, y a una multa de 20.000 euros.por acogida colectiva de menores sin declaración previa, ejecución organizada en banda de trabajos ocultos, sometimiento de un menor a condiciones de alojamiento indignas, violencia contra una persona vulnerable sin incapacidad, administración de una sustancia nociva con premeditación, falsificación y uso de falsificaciones. Bruno C es condenado a cuatro años de prisión con orden de ingreso y una multa de 5.000 euros, su pareja a 12 meses de prisión, con posibilidad de reducción de pena, y 3.000 euros de multa.
Pena de prisión suspendida y multas para los demás acusados
Los padres de Julien M., Colette y Antoine, sospechosos de haber tenido también un papel clave en este asunto, son condenados diez meses de prisión suspendida con multa de 20.000 euros para ella, y 12 meses de prisión, con posibilidad de reducción de pena y 10.000 euros de multa para él.
Para las familias que acogieron a estos jóvenes colocados sin aprobación, el tribunal dictaminó sanciones de 3.000 euros de multa, de los cuales 1.500 euros suspendidos. “Todos participaron, al final de la cadena quizás, pero participaron”insistió la fiscal adjunta Amélie Trochet, en su acusación el pasado mes de octubre.
Un juicio agotador
La audiencia tuvo lugar el pasado mes de octubre ante el tribunal penal de Châteauroux. Se habían solicitado penas de hasta siete años de prisión contra los principales acusados por delitos de violencia, trabajo clandestino en banda organizada, acogida de menores sin declaración previa, administración de sustancias nocivas o uso de documentos falsificados. El asunto estalló en 2017. tras la hospitalización por “una caída mientras andaba en bicicleta” de uno de los niños, Matthias. Este último se había negado, después de una semana en coma, a regresar con su presunto verdugo. Se había presentado un informe al Ministerio Público, que sacó a la luz actos repetidos cometidos desde 2010.
Durante los debates, las víctimas, nueve de las cuales asistieron a la audiencia, dieron historias abrumadoras : del “Golpes, estrangulamientos”humillaciones e insultos. Muchos de ellos, que entonces tenían 12, 14 o 16 años, también informaron “trabajo forzoso”, “fuera de la escuela” para afrontar las obras de renovación de los cabezales de la red.
Ausente del juicio Según las partes civiles, el Centro de Bienestar Infantil del Norte también estuvo en el centro de los debates, pero ninguno de sus funcionarios fue procesado. “Fue una omertá total” aseguró en octubre ante el micrófono de France Bleu el ex presidente del consejo departamental del Norte, Jean-René Lecerf, precisando que no había “No me enteré hasta principios de 2018”. “Lo que pasó es particularmente impactante” había admitido tras el juicio Agnès Canayer, ministra dimisionaria de Familia e Infancia. Ella incluso admitió que “El bienestar de los niños se encuentra en una situación de crisis” después del juicio de Châteauroux.