Unos días después del robo en su granja, en Mieussy (F), Arnaud Deransy todavía lucha por creerlo. Durante la noche del miércoles al jueves, a este granjero de Alta Saboya le robaron un congelador que contenía cerca de 2.400 caracoles preparados en forma de croquilles bourguignonnes (galletas con forma de concha). “Yo los crié, pasé horas preparándolos. La parte más difícil es todo este tiempo perdido. Eso representa más de 50 horas de trabajo. ¡Es frustrante! Por no hablar de la pérdida de peso muerto. “Se llevaron productos por valor de 2.500 euros, más el congelador, o 3.000 euros en total”. A medida que se acercan las vacaciones, es un duro golpe, informan varios medios franceses.
Luego de presentar una denuncia, el criador publicó una publicación en Facebook para alertar a la población, en caso de que “intentemos vender sus caracoles”. Una comunicación que desató una ola de solidaridad. “Mi teléfono no deja de sonar. Es sorprendente cuánto le importa a la gente esta historia. Tengo menos caracoles, pero salgo más fuerte”.
El lunes por la mañana se lanzó un fondo de premios en línea para ayudar a l’Escargotière d’Arno, situada a unos treinta kilómetros de Ginebra. “Fue un amigo a quien se le ocurrió la idea. Estoy muy conmovido. Cuando recibes un gran golpe, te sientes bien”. Al final de la tarde ya se habían recaudado unos 750 euros.
Sin embargo, este dinero no les devolverá los caracoles. “El problema es el tiempo. Tengo overbooking y también el laboratorio que alquilo. Allí estoy contando mis caracoles. Afortunadamente todavía tengo algo que hacer y podré ir a cocinar algo esta semana, una tarde entre las nueve de la noche y la una de la madrugada. Es mi única ventana de oportunidad y la única manera de asegurar mi mando”.
Para él, este robo sólo puede ser obra de matones. “Me da lástima esta gente que acaba robando caracoles”. Sobre todo porque el agricultor no comprende el proceso. “Es imposible vender una cantidad tan grande en un mercado de aquí a Navidad. No veo qué van a hacer con él, a menos que hayan planeado una fiesta muy grande”, bromea el criador, que sigue sonriendo a pesar de la situación.