“Si una persona sana consume alimentos contaminados con listeriahay muchas posibilidades de que no pase nada o que tenga un poco de diarrea pero no intentaremos identificar las bacterias. En cambio, si la persona está muy enferma de, por ejemplo, meningitis, le haremos un hemocultivo o le tomaremos líquido cefalorraquídeo e identificaremos listeria. Esto es lo que se reporta a nivel de vigilancia. Por tanto, es mediante el seguimiento de los casos graves que podemos objetivar un aumento de los casos humanos.precisa.
Las ostras del Mar del Norte amenazadas por una bacteria
En cuanto a los casos de salmonelosis e infecciones por HelicobacterSegún él, el aumento de casos se puede explicar en parte por una mayor concienciación sobre estas bacterias. “Hoy en día, realizaremos pruebas más fácilmente que en el pasado a un paciente que tiene diarrea y sangre en las heces”.
Otra vía mencionada: los hábitos de consumo. “En el imaginario colectivo encontramos Listeria en productos elaborados con leche cruda pero nos damos cuenta de que cada vez hay más categorías de productos que están contaminados como el salmón ahumado y los productos congelados y al mismo tiempo vemos que el consumo de estos productos está aumentando”subraya el experto.
El médico también menciona otro problema más amplio, el de la resistencia a los antibióticos. “Lo que sucede en los animales criados de forma intensiva para el consumo humano influye en la salud humana. Puede haber transferencias entre diferentes bacterias y las infecciones resultantes. La cuestión de la resistencia a los antibióticos desempeña un papel especialmente en la salmonella y Campilobacter. En este nivel, un concepto clave para la prevención de enfermedades infecciosas sigue siendo el concepto de Una sola salud. (una nota del editor de salud). Esto lo vemos con la gripe aviar: en América del Norte existe una creciente preocupación por la circulación del virus H5N1 en el ganado, con casos en humanos, sobre todo entre los criadores, pero no sólo. Al permitir que el virus circule, reducimos la capacidad de contenerlo. Nuestras interacciones con el mundo animal no van a disminuir, en particular debido a la cría intensiva. Por tanto, es esencial tener en cuenta los vínculos entre la salud animal y la salud humana. concluye.