Le encantaba la música, iba a menudo a discotecas, ahorraba para obtener el examen de conducir y pasaba mucho tiempo en Instagram, donde tenía casi 6.000 seguidores. La noche del domingo al lunes, Clelia Ditano fue brutalmente arrebatada de la vida a sus 25 años, en circunstancias tan absurdas como trágicas. Hija única, la italiana vivía con sus padres en un apartamento en Fasano, en la provincia de Brindisi.
Según la reconstrucción realizada por policías y bomberos, era alrededor de la medianoche cuando Clelia regresó a su casa tomando el ascensor hasta el cuarto piso. La joven con intención de salir inmediatamente, dejó la puerta del ascensor entreabierta. Entró al apartamento y dejó allí su bolso, antes de salir nuevamente del alojamiento sólo con su teléfono móvil.
Segura de encontrar el ascensor tal como lo había dejado, la italiana no sospechó. Abrió la puerta de par en par, dio un paso adelante y cayó al vacío: mientras tanto, la cabaña había bajado tres pisos. La desafortunada mujer se estrelló 15 metros más abajo, en el techo del ascensor. Preocupado por no ver regresar a Clelia, su padre intentó llamarla alrededor de las 6 a.m. Luego escuchó sonar el teléfono de su hija en el hueco del ascensor. “Comprendí inmediatamente que algo había sucedido y di la alarma”, confió Giuseppe al “Corriere del Mezzogiorno”.
La fiscalía se apoderó del ascensor y abrió una investigación para intentar identificar posibles responsabilidades. Según los propietarios de la empresa encargada del mantenimiento de la instalación, hace unos meses se realizaron comprobaciones y no se constató ninguna anomalía. La trágica muerte de Clelia, que trabajaba en un B&B de la zona, provocó una avalancha de homenajes en las redes sociales. “Ella tenía muchos sueños, probablemente también el de casarse. Ahora están todos destrozados”, respira su padre.
Triste ironía, en su último post en Instagram, la joven compartió su optimismo: “A lo que nos espera”, escribió, puntuando su frase con un emoticón en forma de sol.
