El fabricante de aviones americano ofrece cerca de 5 mil millones de dólares para absorber a su subcontratista creado en 2005. Su competidor europeo también se hará cargo de una parte de la empresa.
Tras una serie de problemas de producción en los aviones Boeing, el fabricante de aviones estadounidense comprará a su subcontratista Spirit AeroSystems por casi 5 mil millones de dólares, anunció este lunes 1 de julio. La transacción sería íntegramente en acciones, a un precio de 37,25 dólares por acción, valorando la compañía en 4.700 millones de dólares, según la agencia Bloomberg citando fuentes cercanas. Boeing también consideraría asumir alrededor de 3.500 millones de dólares de la deuda de Spirit como parte del acuerdo, dijeron las fuentes.
Las dos empresas confirmaron a principios de marzo conversaciones preliminares con vistas a este nuevo matrimonio. Spirit AeroSystems, creada en 2005 por Boeing, surgió de varias de sus actividades agrupadas en una empresa independiente. Boeing es, con diferencia, el mayor cliente de Spirit, cuyos ingresos en 2022 procedieron del 60% del fabricante de aviones estadounidense. Spirit AeroSystems le suministra, en particular, fuselajes.
La empresa también trabaja con el competidor europeo Airbus y le suministra elementos de alas y otras piezas. Por lo tanto, el fabricante de aviones europeo también asumirá de Spirit AeroSystems determinadas actividades esenciales para varios de sus programas. “Airbus ha firmado un acuerdo vinculante con Spirit AeroSystems para la posible adquisición de importantes negocios relacionados con Airbus” afirmó el fabricante de aviones europeo que será “compensado por Spirit AeroSystems por una suma de 559 millones de dólares, por una contraprestación nominal de 1 dólar sujeto a ajustes, en particular dependiendo del alcance final de la transacción” .
“Problemas de incumplimiento”
Spirit AeroSystems ha estado bajo vigilancia desde un incidente el 5 de enero, cuando una puerta de cabina de un Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines se soltó en pleno vuelo. El 4 de marzo, la Agencia de Aviación de Estados Unidos (FAA) indicó que “problemas de incumplimiento” había sido visto en el control de producción de Boeing y Spirit Aerosystems.
El fabricante también informó, a lo largo de 2023, de problemas de producción, algunos de los cuales afectaron al fuselaje, lo que redujo su ritmo de producción y entregas. Cuando se le preguntó a finales de enero en CNBC si consideraba, en retrospectiva, que la escisión había sido desacertada, el director general de Boeing, Dave Calhoun, admitió que el grupo había “probablemente” estado demasiado lejos.
