Los rebeldes avanzan hacia una ciudad clave en el centro de Siria

Los rebeldes avanzan hacia una ciudad clave en el centro de Siria
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Keystone-SDA

Los rebeldes liderados por islamistas radicales que lanzaron una ofensiva en el norte de Siria se acercaron el martes a Hama, la cuarta ciudad del país, a la que las fuerzas del régimen están tratando de bloquear el acceso, apoyadas por aviones rusos.

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3 de diciembre de 2024 – 17:34

(Keystone-ATS) Ante esta reanudación de los combates a gran escala en este país devastado por la guerra civil que estalló en 2011, se han multiplicado los llamamientos internacionales a la reducción de las tensiones y a la protección de los civiles.

El martes por la mañana, un fotógrafo de la AFP vio decenas de tanques y vehículos del ejército sirio abandonados en la carretera que conduce a Hama, una ciudad estratégica en el centro del país entre Alepo, en el noroeste, y la capital, Damasco.

El grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y otras facciones rebeldes lanzaron el 27 de noviembre una deslumbrante ofensiva en el noroeste de Siria, tomando decenas de localidades y gran parte de Alepo, la segunda ciudad del país, antes de continuar su avance hacia el sur. .

El lunes se produjeron enfrentamientos en el norte de la provincia de Hama, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), entre los rebeldes, que tomaron el control de varias localidades, y las fuerzas gubernamentales apoyadas por las fuerzas aéreas rusa y siria.

El ejército, que no había ofrecido “una resistencia significativa” en Alepo, según el OSDH, anunció que había enviado refuerzos para frenar el avance de los rebeldes.

Huida de los habitantes

“Estamos avanzando hacia Hama después de haber limpiado” las localidades que conducen hasta allí, dijo a la AFP un combatiente rebelde, que se presentó como Abu al-Hadwa al-Sourani.

El lunes, estas fuerzas atacaron la ciudad con lanzacohetes, donde murieron seis civiles, según OSDH, una ONG con sede en el Reino Unido que cuenta con una amplia red de fuentes en Siria.

Los combates y bombardeos en el noroeste, los primeros de esta magnitud desde 2020, han dejado 571 muertos desde el 27 de noviembre, entre ellos 98 civiles, según un nuevo informe del martes de esta ONG.

Hasta el sábado, más de 48.500 personas habían sido desplazadas en las regiones de Idlib y Alepo, más de la mitad de ellos niños, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (Ocha).

Entre estos desplazados, miles de kurdos sirios huían del avance, entre los rebeldes, de formaciones apoyadas por Turquía, para llegar más al este a las zonas controladas por los kurdos. Sus furgonetas o motocicletas sobrecargadas de colchones y mantas formaban una larga fila en la carretera que va de Alepo a Raqa.

Por primera vez desde el inicio de la guerra civil en 2011, el régimen ha perdido completamente el control de Alepo, una ciudad de unos dos millones de habitantes, tomada por los rebeldes a excepción de sus barrios kurdos del norte.

“El terror” de los ataques aéreos

En Idlib, bombardeada por aviones sirios y rusos en respuesta a la ofensiva, las imágenes de la AFP mostraron a los socorristas buscando entre los escombros de los edificios arrasados ​​por los ataques, que también tuvieron como objetivo el campo de desplazados de Haranbouch.

“No puedo describir (…) el terror que sentimos”, testificó Hussein Ahmad Khodr, un profesor.

En Alepo, donde patrullaban rebeldes armados, los residentes hacían cola para recibir el pan distribuido por una asociación, mientras que, según el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), las panaderías y tiendas de alimentos están cerradas.

Contactado por teléfono por la AFP, Nazih Yristian, de 60 años, se encontraba enclaustrado en su casa con su esposa, en el barrio armenio.

“Nadie nos ha atacado hasta ahora, pero queremos irnos hasta que las cosas se calmen”, explicó el hombre, según quien le habían cortado la salida de la ciudad.

La ONU informó el martes de “numerosas víctimas civiles, entre ellas un gran número de mujeres y niños” en los ataques perpetrados en ambos campos y en la destrucción de “bienes civiles, incluidos establecimientos sanitarios”, educativos “y mercados de alimentos”.

Los hospitales de Alepo, de los cuales menos de ocho siguen funcionando, están abrumados, dijo la Organización Mundial de la Salud.

Según la NRC, la red de distribución de agua resultó dañada.

Estados Unidos, a la cabeza de una coalición internacional antiyihadista en Siria, instó el lunes “a todos los países” a trabajar para “una reducción de la tensión”, al igual que la Unión Europea, que “condenó” los ataques rusos “en zonas densamente pobladas.

Hostil al régimen sirio, Qatar consideró el martes que una acción militar no podría resolver la crisis e indicó que estaba proporcionando ayuda humanitaria a los sirios en coordinación con Turquía.

El presidente sirio, Bashar al-Assad, que recibió el apoyo de sus homólogos ruso, Vladimir Putin, y de su homólogo iraní, Massoud Pezeshkian, denunció un intento de “redefinir el mapa regional de acuerdo con los intereses y objetivos de Estados Unidos y Occidente”.

Siria ha quedado dividida por la guerra civil en varias zonas de influencia, donde los beligerantes cuentan con el apoyo de diferentes potencias extranjeras.

Con el apoyo militar de Rusia, Irán y Hezbolá, el régimen recuperó en 2015 gran parte del territorio y en 2016 la totalidad de Alepo, cuya parte oriental fue tomada en 2012 por los rebeldes.

El conflicto, desencadenado por la brutal represión de las manifestaciones a favor de la democracia, ha dejado alrededor de medio millón de muertos.

Antes de la ofensiva rebelde, el noroeste de Siria disfrutaba de una calma incómoda bajo un alto el fuego establecido en 2020, bajo el patrocinio de Ankara y Moscú.

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