(Agencia Ecofin) – En 2024, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD) celebra su 30º aniversario. Aunque representa un gran paso adelante, aún persisten desafíos debido a la aceleración de la degradación de la tierra en todo el mundo.
El lunes 2 de diciembre se inauguró en Riad, Arabia Saudita, la 16ª sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). Con este evento bajo el lema “Nuestra tierra. Nuestro futuro”, la organización pretende situar los suelos en el centro de la agenda política internacional, junto con el cambio climático y la biodiversidad.
Esta reunión reunirá a miembros de la sociedad civil, expertos y responsables políticos de 196 países y de la Unión Europea (UE) durante 12 días. Esta es la primera COP de la CLD que se celebra en Oriente Medio y la conferencia multilateral más importante jamás organizada por el principal productor mundial de oro negro.
Más allá de los símbolos, las delegaciones tendrán que enfrentar un desafío importante: encontrar soluciones a la amenaza que representa la degradación de la tierra para los sistemas alimentarios globales.
Una estadística da la magnitud de los problemas: 40%. Según la CLD, esta es la proporción de tierras agrícolas degradadas en el planeta, o 1.500 millones de hectáreas, una superficie improductiva casi equivalente a la de Rusia (1.700 millones de hectáreas). Esta degradación afecta directamente los medios de vida de casi la mitad de la población mundial que depende de los sistemas agroalimentarios.
Según la ONU, el 60% de la degradación de la tierra atribuida a la actividad humana afecta a tierras agrícolas y cada año se pierde 1 millón de kilómetros cuadrados de tierra sana y productiva.
Se necesitan 2,6 billones de dólares en inversiones para 2030
Al igual que las conferencias sobre el clima y la biodiversidad, la cuestión de la financiación estará en el centro de los debates. Para Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la CLD, se necesitarán 2,6 billones de dólares de inversiones hasta 2030 para lograr un mundo neutral en términos de degradación de las tierras. Esta cantidad equivale al PIB de un país como Italia en 2023 y concretamente implica cerca de mil millones de dólares diarios durante los próximos 6 años.
En un momento en el que los efectos del cambio climático son cada vez más amenazantes y en un contexto en el que la necesidad de alimentos aumentará con una población mundial que se espera que alcance los 10 mil millones de seres humanos a mediados de siglo, varias organizaciones ya han pedido medidas concretas acciones, mientras que los países ya se han comprometido a proteger alrededor de 900 millones de hectáreas de tierra.
Por su parte, Thiaw invitó al sector privado a participar activamente en el trabajo junto a los gobiernos, a asumir responsabilidad y sacar… la chequera.
« La mayor parte de la inversión en restauración de tierras en todo el mundo proviene de fondos públicos. Y eso no es normal. De hecho, el principal factor de degradación de la tierra en todo el mundo es la producción de alimentos, que está en manos del sector privado. “, señala antes de preguntarse: “ ¿Cómo es que una mano degrada la tierra y la otra se encarga de restaurarla y rehabilitarla? »
Hay que decir que el sector privado proporciona actualmente sólo el 6% de los fondos necesarios para rehabilitar los terrenos dañados. Según la ONU, solo se han invertido 66 mil millones de dólares (todas las fuentes combinadas) para la restauración de tierras degradadas en 2022, mientras que hay un déficit anual de 278 mil millones de dólares.
« Los recursos de los que hablamos no son caridad. Por lo tanto, es importante que no veamos esto como una inversión para los africanos pobres, sino como una inversión que mantendrá el equilibrio del mundo. », subraya el directivo.
Mientras tanto, varios observadores subrayan que la obtención de un acuerdo vinculante para los Estados o el proyecto de un instrumento jurídico internacional que favorezca acciones concretas será la madre de todas las batallas que librarán las delegaciones. El objetivo es evitar que esta nueva cumbre se convierta sólo en una adición simbólica a la agenda de la ONU. La cuenta atrás está en marcha…
Espoir Olodo
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