Las naciones ricas y en desarrollo entraron el jueves en la fase final de las negociaciones sobre la cifra de ayuda financiera en la COP29, y las cartas están empezando a caer, con una solicitud más específica del enorme grupo de países G77+China.
El representante de esta alianza de 134 países del Sur exigió a la UE, Japón o Estados Unidos “al menos” 500 mil millones de dólares al año en financiación para el clima hasta 2030.
“No debemos irnos de Bakú sin un número claro”, afirmó la ugandesa Adonia Ayebare, hablando en la gran sala de plenos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) en Bakú, durante una asamblea llamada “kurutai”, según la costumbre azerbaiyana.
Estas cifras no aparecen en el borrador de texto publicado el jueves por la mañana por la presidencia azerbaiyana de la cumbre, que no satisfizo a nadie.
“Es claramente inaceptable en el estado actual de las cosas”, tronó el comisario europeo Wopke Hoekstra. Él y sus colegas europeos exigen más compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, frente a países productores de petróleo que se están desacelerando, como Arabia Saudita.
El ministro irlandés, Eamon Ryan, confió sin embargo a la AFP que “esto está progresando, es evidente que este texto no es definitivo. Será radicalmente diferente, hay espacio para un acuerdo”.
La UE está en el centro del juego en la COP29, como mayor contribuyente del mundo a la financiación climática, y gracias a las líneas de comunicación que mantiene tanto con China como con los países vulnerables.
– “Caricatura” –
La Presidencia publicó a primeras horas de la mañana un texto provisional de diez páginas en el que se sopesan dos opciones diametralmente opuestas sobre la estructura del nuevo objetivo de ayuda financiera que se supone debe fijar la conferencia.
Después de años de negociaciones, el texto sólo indica “X” en lugar de las cantidades, aunque éstas estén expresadas en “billones de miles de millones”.
La próxima versión saldrá el jueves “por la noche”. “Será más breve y contendrá cifras basadas en nuestra visión de posibles puntos de aterrizaje para el consenso”, aseguró la presidencia.
La versión actual “caricaturiza las posiciones de los países desarrollados y en desarrollo”, lamenta Joe Thwaites, de la ONG NRDC. “La presidencia debe proponer una tercera opción para conciliarlos”.
Esta tercera opción secreta fue puesta sobre la mesa por el australiano Chris Bowen y la egipcia Yasmine Fouad, las dos ministras encargadas de acercar las posiciones del Norte y del Sur, pero aún no ha sido revelada a los países y a la presidencia en guardia. en la manga, confirmaron a la AFP tres fuentes cercanas a las negociaciones.
– “Juegos políticos” –
Pero en la COP nadie revela sus verdaderas líneas rojas hasta el último día, teóricamente el viernes, incluso si los negociadores se están preparando para un día más.
A riesgo de molestar a los países más amenazados por el cambio climático. “Se acabó el tiempo de los juegos políticos”, afirmó el representante del grupo de los pequeños Estados insulares (Aosis), el samoano Cedric Schuster.
La primera opción del texto publicado el jueves refleja las exigencias de los países en desarrollo, que exigen que “X” billones de dólares al año provengan del dinero público de los países ricos obligados a contribuir según los textos de la ONU -esencialmente Europa, Estados Unidos y Japón- y por fondos privados asociados, “durante el período 2025-2035”.
Eso es mucho más que los 100 mil millones que los países ricos se habían comprometido a proporcionarles durante el período 2020-2025 para que puedan adaptarse al cambio climático e invertir en energías bajas en carbono. Una opción poco realista para los países ricos, especialmente en tiempos de ajuste presupuestario.
Sobre todo porque esta opción no prevé ninguna ampliación de la lista de contribuyentes a países como China, Singapur o Qatar.
La segunda opción resume el punto de vista de los países ricos: el objetivo financiero sería “un aumento de la financiación global para la acción climática” hasta “X” billones de dólares al año “de aquí a 2035”, sin especificar la proporción de los países desarrollados.
La COP29 debe fijar este nuevo objetivo de ayuda hasta 2030 o incluso 2035.