Se ha dado un paso en la creación de un sitio de almacenamiento de residuos radiactivos en Suiza. El municipio de Stadel, al norte de Zúrich, fue elegido en 2022 para albergar un vertedero nuclear “profundo”, excavado hasta 900 metros bajo tierra. Nagra, la empresa responsable de la ejecución de este proyecto, presentó el martes por la mañana las solicitudes necesarias a la Oficina Federal de Medio Ambiente (SFOE).
El expediente contiene miles de páginas y también se refiere a la instalación de acondicionamiento de elementos combustibles en el lugar del actual depósito intermedio centralizado en Würenlingen (AG). Habrá que tener paciencia para conocer la postura de la Confederación. Este último evoca “el fin de la década” para que el expediente sea transmitido a las Cámaras Federales. Si estos últimos están a favor, todavía será posible celebrar un referéndum. Por el momento, está previsto que los residuos de las centrales nucleares suizas puedan ser enterrados hacia el año 2060.
Pero no tendremos que esperar hasta entonces para saber si el proyecto es impugnado. Los habitantes de Stadel rápidamente expresaron sus temores. Varias figuras científicas y políticas han seguido su ejemplo y están organizando resistencia. Advierten de los riesgos y piden que la población local pueda votar primero y sin demora. “Este es un proyecto con implicaciones para un millón de años, o 30.000 generaciones”, insistió la semana pasada el físico Harald Jenny.
En una entrevista publicada el martes en el periódico NZZ, el dirigente de Nagra, Matthias Braun, se alegra de que surja un debate: “Un proyecto de esta magnitud requiere no sólo un examen técnico, sino también una legitimación democrática”. Una encuesta realizada a principios de año mostró que el 66% de los suizos no se oponían a la creación de un depósito de este tipo cerca de su casa. Los habitantes de Stadel se habían mostrado favorables a la energía nuclear durante las elecciones, pero algunos tuvieron miedo cuando se eligió su municipio para construir el vertedero.
Varias universidades suizas han investigado si el regreso de una edad de hielo dentro de varios milenios podría afectar a un vertedero de desechos radiactivos, que se supone que será seguro durante un millón de años. Los análisis en Stadel (ZH) demostraron que las capas profundas no habían sido erosionadas por los glaciares cuando llegaron a la meseta suiza. “Según los conocimientos actuales, ni siquiera un avance excepcional del glaciar Rin y Linth sería suficiente para desalojar los desechos nucleares”, donde está previsto el lugar de almacenamiento, afirmó la Confederación la semana pasada.