Las consecuencias sobre la salud mental y emocional de este fenómeno empiezan a estar bien documentadas, como confirma el profesor Craig N. Sawchuk, catedrático de psicología de la Clínica Mayo de Rochester (Estados Unidos). “Doomscrolling afecta la salud mental y emocional al iniciar y amplificar estados emocionales negativos como depresión, ansiedad, ira, disgusto, etc. “. La explicación: “El cerebro automáticamente tiende a prestar atención a las amenazas y a las novedades. Que es exactamente lo que ofrecen las redes sociales…”. En su opinión, los primeros pasos a menudo parecen estar llenos de buenas intenciones: “simplemente queremos estar al día de la actualidad, del entretenimiento, de las influencias, etc., según nuestros propios intereses”.
La relación con el tiempo…
Este contenido, impulsado por algoritmos de redes sociales, tiene como objetivo mantener nuestro cerebro “despierto durante un período prolongado”. Craig N. Sawchuk añade: “Cuanto más tiempo estemos expuestos a este contenido negativo, más puede decaer nuestro estado de ánimo. Por tanto, podemos sentirnos emocionalmente deprimidos, ansiosos, irritados, tensos, preocupados. Sin olvidar que ese tiempo invertido perjudica la práctica de otras actividades que califica como más “saludables” para nuestro cuerpo y nuestra salud mental: como charlar con los seres queridos, participar en algún juego, caminar al aire libre o simplemente dormir.
¿Cómo salir?
La psicóloga insiste: “es importante ser conscientes de cómo funciona todo”, para prevenir mejor los efectos nocivos. Por eso, antes de lanzarse en las redes sociales, recomienda “realizar una breve evaluación de su estado de ánimo actual: 0 = negativo, 5 = neutral, 10 = positivo”. Luego repite esta situación después de 15 minutos de Doomscrolling, configurando un cronómetro… ¿Notas después de cierto tiempo que tu estado de ánimo decae? “Cambie el contenido cambiando a algo más ligero o… cierre la aplicación y cambie a una actividad positiva: llame a un amigo, salga…” recomienda el profesor Sawchuk.
Pregúntate…
Y para saber cómo va cambiando tu estado de ánimo es muy sencillo, según él: “pregúntate si te sientes mejor o peor después de pasar tiempo desplazándote”. Y además, “a veces toma un poco de altura para ver si recientemente has dejado o ralentizado actividades, como practicar actividad física por ejemplo”. Si es necesario, pregunta también a tus allegados qué piensan. Y para concluir: “el objetivo es darnos un pequeño espacio para poder realizar cambios que mejoren nuestro estado de ánimo y nuestro funcionamiento”.
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