Los líderes del G20 se reúnen el lunes en Río de Janeiro para una cumbre bajo una gran presión, entre la necesidad de un compromiso sobre el clima y las diferencias flagrantes sobre Ucrania y Oriente Medio, antes del regreso de Donald Trump.
Los jefes de Estado y de Gobierno de las mayores economías avanzadas y emergentes, incluidos los presidentes de las dos superpotencias, el estadounidense Joe Biden, en el ocaso de su mandato, y el chino Xi Jinping, deben intentar avanzar en la cuestión de la financiación climática. .
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el domingo a los líderes del G20 que asuman su “liderazgo” y hagan “compromisos” para permitir “un resultado positivo en la COP29”, la conferencia sobre el clima de Bakú donde las negociaciones sobre el tema están estancadas desde hace una semana.
Los miembros del G20 (19 países, además de la Unión Europea y la Unión Africana) representan el 85% del PIB mundial y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La invasión rusa de Ucrania y la ofensiva israelí en Gaza y el Líbano también siguen fracturando a la comunidad internacional.
“Los debates sobre Ucrania y Oriente Medio (…) son los más difíciles. Veremos hasta dónde podemos llegar en el comunicado de prensa, será un desafío”, admitió ante el G20 una fuente gubernamental alemana.
En cuanto a Ucrania, que acaba de sufrir uno de los ataques rusos más importantes de los últimos meses, “nos opondremos firmemente a cualquier degradación de la lengua”, advirtió la presidencia francesa.
El presidente ruso Vladimir Putin, que ya se había perdido las últimas cumbres, estará notablemente ausente en Río.
Sin embargo, el momento es estratégico: Washington acaba de dar autorización a Ucrania para atacar territorio ruso con misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos.
– La incertidumbre Milei –
¿Logrará entonces el G20 llegar a un acuerdo sobre un comunicado conjunto al final de su cumbre del martes?
En los últimos días, a las diferencias sobre los grandes conflictos en curso se ha sumado la incertidumbre sobre la actitud que adoptará el presidente argentino Javier Milei, ultraliberal y escéptico climático.
Buenos Aires ha planteado ciertas objeciones y no firmará “necesariamente” el texto, dijo a la AFP el jefe de la delegación argentina, Federico Pinedo, sin entrar en detalles.
El presidente brasileño de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, espera sumar puntos en cuestiones sociales, presentándose como campeón del “Sur Global” y de los más desfavorecidos.
El ex trabajador también advirtió el domingo por la tarde, en una entrevista al canal brasileño GloboNews: quiere dejar de lado los conflictos, “porque de lo contrario no vamos a discutir otras cosas que son importantes” para “los pobres, los gente invisible del mundo.
Lula pretende dar un duro golpe con el lanzamiento el lunes por la mañana de una Alianza Global contra el hambre y la pobreza.
Reunirá a países de todo el mundo e instituciones internacionales con el fin de proporcionar recursos financieros y replicar iniciativas que funcionen a nivel local.
Lula también presiona para que se impongan impuestos a los más ricos. Los ministros de finanzas del G20 se comprometieron a “cooperar” sobre el tema en Río en julio y en Washington en octubre.
– Fragmentación –
La sombra de Donald Trump, que regresará a la Casa Blanca en enero, se cernirá sobre la reunión de Río, y no sólo porque Javier Milei lo haya visitado en Florida hace unos días.
El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, envió este domingo a su sucesor un mensaje a favor de la protección del medio ambiente durante una escala en la Amazonía brasileña.
Desde el corazón de la selva tropical de Manaos, defendió su trayectoria en la lucha contra el calentamiento global, que considera una “amenaza existencial” para la humanidad.
El regreso al poder del republicano, partidario de los combustibles fósiles y asesino del multilateralismo, alimenta los temores de un debilitamiento de las ambiciones globales de luchar contra el calentamiento global y de una fragmentación internacional aún mayor.
“Sin duda, estamos entrando en un escenario global mucho más impredecible, pero también con mucho más espacio para que los países del Sur, China, etc., articulen sus propias visiones, porque el viejo orden está a punto de colapsar”, subrayó. Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV) en Sao Paulo.
Xi Jinping, que llegó a Río el domingo procedente de Lima, donde participó como Joe Biden en una cumbre de Asia y el Pacífico, también debe aumentar el número de reuniones bilaterales.
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