Aunque las ventas alcanzaron los 5.800 millones de euros durante el Black Friday de 2023, frente a los alrededor de 2.000 millones de un día normal en el comercio minorista, las pérdidas de ingresos registradas en los días previos y posteriores al evento ascendieron a alrededor de 5.500 millones de euros, según un estudio publicado en el último Número del semanario alemán Der Spiegel.
Parece que el aumento de las ventas observado el Viernes Negro se debió principalmente a un cambio en las compras, que afectó negativamente a la demanda durante los períodos anterior y posterior al evento.
El 24 de noviembre de 2023, el Black Friday, “las ventas aumentaron entre un 150 y un 200%. Sin embargo, teniendo en cuenta los períodos anteriores y posteriores al Día D, el aumento neto se limita a sólo el 7%”, especifica el estudio.
Estos resultados se explican por el aplazamiento de las compras de los consumidores, que desplazarían su gasto hacia los días clave del Black Friday, Friday y Cyber Monday, el lunes siguiente, provocando una importante caída de la demanda durante las tres semanas anteriores a estos. días promocionales y hasta dos semanas después.
La situación sería aún más preocupante en términos de rentabilidad. Si el Black Friday de 2023 generó 625 millones de euros de beneficios, las pérdidas registradas antes y después del evento alcanzaron los 883 millones de euros, generando así un déficit global de 258 millones de euros, especifica el estudio.
Los minoristas participan en una intensa competencia que les empuja a ofrecer descuentos a menudo excesivos y poco rentables, estima la misma encuesta, añadiendo que algunas empresas habrían obtenido más beneficios si hubieran evitado participar en estas guerras de precios.
Este año, el viernes 29 de noviembre de 2024 tendrá lugar el Black Friday, un concepto nacido en Estados Unidos en los años 50 y cuyo nombre se popularizó a lo largo de la década siguiente.