Corren tiempos difíciles para François Legault. El hechizo se rompe. Se rompe el vínculo de confianza con la población. El desencanto se instala permanentemente.
La última encuesta Léger/El diario Lo vuelve a confirmar.
Iniciado en 2023 tras el abandono del tercer eslabón, el descenso del CAQ continúa. Con un apoyo del 21%, de los cuales apenas el 24% entre los francófonos, el CAQ está cruzando su piso para aterrizar en el sótano.
Con un 44% entre los francófonos, el Partido Québécois de Paul St-Pierre Plamondon está por delante del CAQ en todas las regiones.
Las razones de la caída del CAQ son bien conocidas. Políticas improvisadas, entre otras sobre el 3mi enlace. Deterioro de los servicios públicos en salud, educación, PDJ, etc. Un nacionalismo sin garras.
La crisis de vivienda y personas sin hogar está aumentando. El francés está en declive. El déficit es histórico. La cadena de insatisfacción es larga y la tendencia es fuerte.
surge la pregunta
Al mismo tiempo, el PQ pudo unir a los francófonos descontentos y al mismo tiempo repatriar su voto soberanista perdido al CAQ.
En resumen, surge la pregunta. ¿François Legault buscará un tercer mandato en 2026? Como escribí en primavera, si la tendencia continúa, la respuesta será no. ¿Para qué?
Objetivo final
Primero, cumplió su sueño de ser primer ministro. Para ello, incluso abandonó el partido PQ en 2009 y fundó el CAQ en 2011.
En segundo lugar, su verdadero objetivo era sustituir el PQ como alternativa al PLQ poniendo en juego una oferta centrista y no soberanista. Desafío asumido en 2018. El fabuloso destino de François Legault se materializó.
Ahora, sorpresa. Desde las elecciones de 2022, bajo el PSPP, el PQ ha resucitado de su tumba. Por eso, si nada cambia durante el próximo año, Legault no aguantará.
Después de todo, si fundó el CAQ, fue para intentar enviar el PQ de vuelta al basurero de la historia. Entonces es imposible imaginarlo corriendo el más mínimo riesgo de concederle algún día la victoria.