La rápida creación de una mayoría “Arizona” (con Vooruit) o un “Lagon” (con el Open VLD) habría hecho innecesaria una sucesión compleja: la redistribución de competencias de Hadja Lahbib a otro ministro MR (viceprimer ministro David Clarinval, por ejemplo) habría bastado provisionalmente. Pero dado que, según algunas fuentes, el futuro gobierno federal podría no ver la luz hasta febrero o marzo de 2025, Georges-Louis Bouchez tendrá que sacar un sustituto de la manga. Existen tres escenarios.
Hadja Lahbib (MR), una furia bien disimulada por ganar: “Algunas personas en política tienen sólo la mitad de su coeficiente intelectual”
1. Un experto
El presidente del MR podría nombrar como Ministro de Asuntos Exteriores a un experto con un currículum sólido. Por ejemplo, un alto funcionario especializado en el ámbito de las relaciones internacionales, un importante directivo de una ONG, un académico, etc. Esta decisión tendría la ventaja de colocar una personalidad inmediatamente operativa al frente del departamento. Una decisión que sería acertada en estos tiempos geopolíticamente turbulentos.
2. Un “talento joven”
A Georges-Louis Bouchez le gustan los “golpes”, las sorpresas en los castings ministeriales. Asegura que sus nombramientos aportan una ventaja política a su formación. Además de las cualidades de la ex periodista de la RTBF, la elección de Hadja Lahbib como sucesora de Sophie Wilmès, en la calle de los Petits Carmes, permitió al MR insistir en su apertura a la diversidad. Según nuestras fuentes, el presidente liberal se plantearía poner en el foco mediático a un joven talento de su partido. Si esta prueba fuera concluyente, esta persona se convertiría en un peón más a su disposición en el gran tablero liberal.
3. El propio Georges-Louis Bouchez
¿Y si Georges-Louis Bouchez buscara a Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, o a Didier Reynders, comisario europeo? Ambos hombres tienen una experiencia extraordinaria y pronto estarán disponibles en el mercado político. Pero no, Georges-Louis Bouchez ha descartado claramente esta posibilidad. Si un peso pesado del MR se convirtiera en ministro de Asuntos Exteriores, sería… el propio presidente del partido. La pista sería creíble, afirmó RTBF el martes. No podemos excluir la posibilidad de que Georges-Louis Bouchez se sienta tentado por este truco. Al mismo tiempo, permanecería al frente del MR, lo que prohíben los estatutos del partido. El escenario tiene grandes inconvenientes. Entre otras cosas, ¿cómo podría conciliar los incesantes viajes al extranjero que exige este ministerio con la intensa negociación de una nueva coalición federal?