“Estamos cubiertos de barro, tenéis sangre en las manos. » Detrás de esta señal y de otras igualmente graves, cerca de 130.000 personas se concentraron en Valencia la tarde del sábado 9 de noviembre, según la prefectura, para exigir la dimisión del presidente de la comunidad autónoma, el conservador Carlos Mazón, por su Gestión fallida de las inundaciones que dejaron 117 muertos y 78 desaparecidos en la provincia el 29 de octubre.
« Asesino », Gritaron los manifestantes a pesar de que las instrucciones eran reunirse para una marcha silenciosa. “ ¿Dónde estabas? “, preguntaron, en referencia a las últimas revelaciones sobre la ausencia del señor Mazón durante toda la tarde del 29 de octubre. Entre las 14.30 y las 19.00 horas se encontraba en un “almuerzo profesional” con un periodista local, mientras las inundaciones devastaban muchas comunidades. “Los valencianos estuvieron abandonados a su suerte durante cinco días”concluyó el manifiesto final.
Cuanto más pasan los días, más revelaciones sobre las horas que precedieron “las inundaciones del siglo” El 29 de octubre son abrumadores para el gobierno responsable de la gestión de catástrofes, alertando a la población y activando los servicios de socorro. Visiblemente desbordado por los acontecimientos, ajeno a la gravedad del fenómeno meteorológico extremo que azotaba la región, el gobierno conservador valenciano restó importancia a los avisos de la Agencia de Meteorología (Aemet), que había declarado la alerta roja a las 7.36 horas de la mañana del domingo. 29 de octubre.
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Desconoció además la gravedad de la información transmitida por la Confederación Hidrográfica del Júcar, desde las 11.00 horas, a los servicios de emergencia de Valencia, sobre el caudal del río Magre y del Poyo, el cauce que asoló Chiva aquel mediodía, en por la tarde, Paiporta, Catarroja y el resto de localidades del extrarradio sur de Valencia.
Gravedad de la situación
Diez días después de la tragedia, parece que a lo largo del día el gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, intentó alertar a las autoridades regionales de la importancia de actuar. La delegada del Gobierno central, Pilar Barnabé, equivalente a la prefecta en Francia, convocó, a partir de las 9.00 horas, una reunión con la Unidad Militar de Emergencias (UME), la Guardia Civil, la Aemet y los servicios de emergencia valencianos.
También llamó en tres ocasiones, entre las 12.00 y las 14.00 horas, a la consejera de Interior y Justicia, Salomé Pradas, para que pusiera a disposición todos los recursos del Estado para hacer frente a las lluvias torrenciales e inundaciones que se produjeron entonces en Utiel y que amenazaban a la población. toda la provincia de Valencia. METROa mí Pradas no declaró finalmente el nivel 2 del plan de emergencia sobre las 15.00 horas y luego llamó a la UME sólo para la zona de Utiel.
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