Su apoyo fue necesario, pero no suficiente: Kamala Harris no logró movilizar a las mujeres tanto como esperaba, a pesar de una campaña centrada en gran medida en el derecho al aborto, frente a un oponente de retórica masculinista.
Las encuestas a pie de urna realizadas por CNN dan a Kamala Harris una ventaja de ocho puntos entre los votantes, casi la mitad que la del candidato demócrata de hace cuatro años, Joe Biden.
El republicano, por el contrario, ha ampliado su ventaja entre los hombres, con 13 puntos de ventaja sobre su rival, frente a los 8 de 2020.
Las mujeres no son un electorado “monolítico”, recuerda Sabrina Karim, profesora de la Universidad de Cornell.
Las cifras de CNN muestran una ventaja abrumadora para Kamala Harris entre las mujeres negras, mientras que su rival republicana tiene la ventaja entre las mujeres blancas.
“Las preocupaciones (de los votantes) tienen varias facetas”, insiste el experto.
“El fuerte énfasis en el aborto en la campaña de Harris empujó a algunas mujeres a votar, pero este tema por sí solo no fue suficiente para reunir a un grupo diverso” de votantes.
“Tengo cinco hijos y la economía está mal”
Una abogada cruzada en Nueva York, Nathalie Feldgun, cree que ha llegado el momento de traer de vuelta a Donald Trump a la Casa Blanca. “El país ya no tiene fronteras. Ya no es un país”, afirma este votante, sensible al virulento discurso antiinmigración del republicano.
Los aspectos económicos han influido evidentemente: en muchos hogares son las mujeres las que hacen la compra y, por tanto, las que han sentido el aumento de los precios de los productos cotidianos.
“Tengo cinco hijos y la economía va mal desde hace tres años y medio (…) Estoy aquí porque quiero un cambio”, confió, por ejemplo, Tessa Bonet, una partidaria de Donald Trump de 51 años, al periódico de octubre. 27 antes de una gran reunión republicana.
“Trump quiere lo mejor para nosotros, los estadounidenses comunes y corrientes”, añadió.
La vicepresidenta, que no utilizó el género ni siquiera el color de su piel como argumento de campaña, se apoyó en representantes como la ex primera dama Michelle Obama, la republicana Liz Cheney o celebridades como la emblemática Beyoncé.
Pero ni los vibrantes llamamientos feministas de la ex “Primera Dama” ni el apoyo de la superestrella Taylor Swift impidieron la clara victoria del candidato republicano, cuya campaña estuvo salpicada de comentarios condescendientes y a veces insultantes hacia su rival.
Presentándose como un baluarte para la seguridad de las mujeres estadounidenses ante lo que cree que es un crimen fuera de control, aseguró que protegería a las mujeres “les guste o no”.
Fracaso, votas “secreto”
Donald Trump ha descrito a Kamala Harris como una “retardada mental” que, si llegara a ser presidenta, sería “un juguete” para otros líderes mundiales.
Una estrategia de último momento del bando de Harris, consistente en apostar por un voto “secreto” de votantes que vivían en hogares conservadores, fue un fracaso.
En un vídeo reciente muy comentado, un grupo de apoyo al demócrata presenta a una mujer que vota por Kamala Harris en secreto de su marido trumpista.
“Nadie lo sabrá”, dice la actriz Julia Roberts, quien actúa como narradora del clip de 30 segundos, antes de que el hombre pregunte: “¿Tomaste la decisión correcta?”. “Por supuesto, cariño”, responde su esposa, después de intercambiar una sonrisa de complicidad con otra mujer presente en el colegio electoral.
“Era una idea atractiva, pero ahora sabemos que era una ilusión”, dijo Alex Keena, profesor de ciencias políticas en la Virginia Commonwealth University.
“Las dinámicas de género (en esta elección) no se limitan a las mujeres, también está la atracción que Trump ejerce sobre diversos grupos de hombres”, precisa Sabrina Karim.
Las encuestas a pie de urna muestran que el republicano tomó la delantera entre los votantes de origen hispano, mientras que Joe Biden lo había dejado atrás hace cuatro años con este electorado.
(afp)