En las últimas semanas, varios casos graves de intoxicación alimentaria han causado una creciente preocupación en Marrakech y Tánger, donde decenas de personas han tenido que ser hospitalizadas tras consumir alimentos sospechosos. Ante esta situación, las asociaciones de consumidores toman la iniciativa y alertan de los riesgos para la salud relacionados con el consumo de productos caducados o mal conservados.
En Marruecos, las organizaciones de derechos de los consumidores llevan mucho tiempo preocupadas por la insuficiente atención prestada a las fechas de caducidad y al etiquetado de los productos alimenticios. Según la Organización Marroquí de Derechos del Consumidor (OMDC), los consumidores marroquíes aún no tienen el reflejo de comprobar sistemáticamente esta información esencial antes de comprar, lo que aumenta su exposición a los riesgos de contaminación de los alimentos. La reciente ola de intoxicaciones pone de relieve las graves consecuencias de este hábito olvidado.
Las recientes hospitalizaciones en Marrakech y Tánger han servido para recordar los peligros potenciales de los productos alimenticios cuya fecha de caducidad ha pasado o están mal indicadas. En Marrakech, varias personas fueron ingresadas en urgencias tras consumir productos de pastelería vendidos a precios reducidos. En Tánger se produjo un incidente similar con alimentos adquiridos en el mercado local, que provocó graves síntomas entre los consumidores.
Las autoridades sanitarias respondieron rápidamente, realizando inspecciones y recordando a los comerciantes la importancia de respetar las normas de higiene y seguridad alimentaria. Sin embargo, estos incidentes revelan un problema más amplio: los insuficientes controles sobre los productos a la venta en mercados y supermercados, así como la falta de vigilancia de los propios consumidores.
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La Organización Marroquí de Derechos del Consumidor pide que se intensifiquen las campañas de sensibilización, en las que participen los medios de comunicación y las emisoras públicas, para informar al público sobre los riesgos relacionados con los productos caducados. Comprobar la fecha de caducidad debería convertirse en un reflejo para todo consumidor, sobre todo porque ciertos alimentos, incluso ligeramente caducados, pueden contener bacterias o toxinas peligrosas.
“Los ciudadanos deben estar mejor informados de los riesgos que corren al consumir productos caducados. Es urgente reforzar las campañas de información a través de los medios de comunicación para llegar al mayor número posible de marroquíes”, afirma un representante de la OMDC. Las asociaciones de consumidores también proponen integrar módulos sobre derechos de los consumidores en los programas escolares, con el fin de desarrollar esta cultura desde edades tempranas.
“Confianza ciega” en los supermercados
La Federación de Consumidores de la región de Souss-Massa también señala una “cultura de confianza ciega” entre los consumidores marroquíes, especialmente cuando compran en los supermercados. “Muchos consumidores piensan erróneamente que los productos que se venden en los supermercados siempre son seguros y están correctamente etiquetados”, explica un miembro de la federación. Sin embargo, este no es siempre el caso. Aunque las grandes marcas suelen estar sujetas a controles, puede ocurrir que todavía acaben en los lineales productos caducados o mal conservados.
Esta confianza excesiva expone a los consumidores a peligros que podrían evitarse con una mayor vigilancia. “Controlar las fechas de caducidad y examinar los ingredientes debe convertirse en un reflejo de todo consumidor”, recuerda la Federación, insistiendo en que determinadas sustancias, como los conservantes o los aditivos químicos, pueden volverse nocivas una vez superada su fecha de caducidad.
Las organizaciones de consumidores denuncian también una práctica cada vez más común: algunos mayoristas venden productos próximos a su fecha de caducidad a precios bajos. Luego, los minoristas vuelven a comprar estos productos, que los revenden sin previo aviso, a menudo con etiquetas engañosas. Esta práctica, no sólo fraudulenta sino también peligrosa, pone en riesgo a los consumidores y exige una respuesta firme de las autoridades.
“Es crucial que las autoridades públicas refuercen los controles y apliquen sanciones estrictas para desalentar este tipo de prácticas”, añade la OMDC. La falsificación de fechas de vencimiento, cada vez más denunciada, requiere una intervención rigurosa. Para lograrlo, las asociaciones piden medidas preventivas, en particular la implementación de controles periódicos y campañas de inspección reforzadas para garantizar la seguridad de los productos alimenticios disponibles en el mercado.