La investigación que empezó todo
Según L’Observateur, todo empezó cuando Ahmet Ndoye dijo a los gendarmes investigadores que su licencia estaba en manos de un agente de policía después de un control. Para respaldar su versión, muestra un certificado expedido por Abdoulaye Sow, agente de policía de la comisaría del cuarto distrito de Medina. En respuesta, la comisaría de Medina decidió iniciar una investigación interna bajo la dirección del comisario Sarr. Este último interroga a sus equipos, pero inicialmente se topa con las negativas de los agentes.
Finalmente, el haz de pistas acaba convergiendo en Abdoulaye Sow. The Observer revela que, ante pruebas abrumadoras, el agente cedió ante la presión y admitió haber emitido el famoso certificado… desde su casa, en Rufisque, a petición de un amigo de Ahmet Ndoye. Este último, ahora prófugo, es buscado activamente por la policía.
Una confesión que cala
Fue durante el interrogatorio cuando Abdoulaye Sow confesó y detalló las circunstancias de su acercamiento. Según informa L’Observateur, el agente explica que no rellenó determinados campos del certificado, dejando zonas grises. Estas irregularidades, observadas por los investigadores, refuerzan la prueba de un uso falso de documentos administrativos. Abdoulaye Sow es acusado entonces de falsificación, uso de falsificación y complicidad.
La persecución continúa
Mientras el agente Sow espera su juicio, la policía está en medio de una búsqueda para encontrar al amigo y vecino de Ahmet Ndoye, involucrado en la fabricación de este certificado. Según fuentes de L’Observateur, este intermediario estaba geolocalizado fuera de Dakar, añadiendo un misterio adicional a un caso ya lleno de idas y venidas.
Este asunto, lejos de ser una simple noticia, revela una red de complicidad que socava la credibilidad de la policía, sacudiendo al mismo tiempo la institución. Las consecuencias jurídicas prometen ser decisivas para restaurar la imagen de la policía, ante un escándalo que está adquiriendo proporciones inesperadas.