Desde hace varias semanas, el hospital psiquiátrico Pierre-Janet de Le Havre (Sena Marítimo) se enfrenta a una situación alarmante. ¿La razón? Ingresó en sus servicios un paciente particularmente difícil y potencialmente peligroso. Conocida desde hace muchos años, ya pasada entre estos muros, su reputación la precede ahora y se confirma en sus acciones: “En una crisis, hirió a varios trabajadores del hospital y provocó nueve paros laborales”, relata Yann Adreit, secretario departamental del Sud Unión Santé-Sociaux. Conmocionados, el personal presentó una denuncia colectiva en esta ocasión. “No se trata de abrumar a este paciente”, aclara el representante sindical, “sino de demostrar que la situación dentro de la unidad no es sostenible. Se necesitan al menos cinco agentes para supervisarlo, mientras que sólo hay siete en todo momento. Todo el mundo está bajo tensión y todos estos son recursos que no están disponibles para otros pacientes”.
Según informa el sitio -, su organización escribió hace unos días a la dirección del Grupo Hospitalario de Le Havre (GHH), así como a la Agencia Regional de Salud (ARS), al Ministerio de Sanidad y a los cargos electos locales. , en particular Édouard Philippe, alcalde de Le Havre y presidente del consejo de supervisión de GHH, para alertarles de la situación. “¿Qué deberíamos hacer hoy cuando los colegas tienen miedo? (Amenazas, insultos, injurias, amenazas de muerte son algo cotidiano…)”, se pregunta en esta carta que consultamos. “El equipo, agotado física y psicológicamente, asustado, no puede ni quiere cuidarla más. »
Para todos, la internación en un establecimiento con Unidad de Pacientes Difíciles (UMD) es fundamental. Aunque, como confirma la dirección de GHH, la solicitud de admisión ha sido enviada, “pueden pasar de 6 semanas a 6 meses antes de tener una plaza”, lamenta Yann Adreit. Insiste en que la situación se resuelva antes de fin de año.
Mientras tanto, el hospital asegura que ha tomado medidas para intentar mejorarlo reforzando “la atención médica, con la participación de un segundo médico en el seguimiento del paciente”, ofreciendo a los equipos “apoyo médico y psicológico por parte del servicio de salud laboral”. y horarios de intercambio” y la posibilidad “para los cuidadores que manifiesten su deseo de ser relevados por otros profesionales voluntarios de otros pabellones”.
Durante un tiempo se consideró el traslado de la paciente a otro pabellón, pero según la dirección del GHH esta opción “correría el riesgo de destruir la frágil mejora de su estado de salud”. Un punto en el que cuidadores y sindicato no coinciden.
En términos más generales, a Yann Adreit le preocupa que esta situación desanime al personal hospitalario que ya está sufriendo y, en particular, a los recién llegados. “Hemos tenido algunas contrataciones recientemente. Esta es una señal positiva, aunque sus cifras todavía están lejos de ser suficientes. Pero si no se da una respuesta rápida a este caso extremo, ¡corremos el riesgo de ahuyentarlos! »